Thursday, September 24, 2009

Atleta india hermafrodita apoya en su dolor a Caster Semenya

"Ojalá no pase por lo que yo viví", aseguró Santhi Soundarajan, velocista que perdió su medalla por no pasar un test de género.

23/09/2009 - 11:53

Si hay alguien que puede entender la difícil situación que ha tenido que vivir la velocista sudafricana Caster Semenya ante las dudas sobre su género, esa es la atleta india Santhi Soundarajan, quien perdió una medalla de plata en 2006 por no pasar un test para determinar su sexo.

Soundarajan tuvo que devolver su presea tras fallar un examen de sexo al terminar segunda en los 800 metros de los Juegos de Asia en 2006, situación similar a la que vive hoy Semenya ante las dudas de la IAAF tras el oro que ganó en la misma prueba, pero en el Mundial de Berlín de este año.

"Rezo para que Semenya no tenga que pasar por lo que yo tuve que vivir, lo que casi me llevó a cometer suicidio", relató la atleta india, refiriéndose a la fuerte depresión que vivió tras el mencionado episodio.

"He sufrido enormemente con el estigma de no haber pasado el test de género", agregó Soundarajan quien padece el Síndrome de Insensibilidad Andrógina por lo que no puede competir con mujeres, pese a presentar rasgos sexuales femeninos.

La historia de la ex velocista india ha sido particularmente dura, puesto que tras perder la medalla debió retirarse del atletismo y encontrar un trabajo que con suerte le alcanza para alimentarse, además de lidiar con el desprecio de sus compatriotas.

"No puedo olvidar lo que he tenido que pasar después de que me quitaron la medalla de los Juegos Asiáticos. Vengo de una familia pobre y nadie quería darme un trabajo. Toda mi familia sufría, y la gente me miraba con ojos enjuiciadores, y me trataban como tramposa", confesó muy afectada.

Finalmente la ex velocista, que hoy en día trabaja ligada a la formación de nuevos talentos el atletismo indio, le deseó suerte a la sudafricana: "No conozco mucho sobre las condiciones económicas de la familia de Semenya, pero sólo espero que en esta situación no pierda su corazón".

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Tuesday, September 22, 2009

Algo más que un cromosoma

Alejandro Rodríguez

El cronómetro se detuvo en un minuto y 55 segundos: la final de los 800 metros planos femenil del Mundial de Atletismo de Berlín 2009 había terminado. Pero para la ganadora de la medalla de oro, la sudafricana Carsen Semenya, la carrera por demostrar su femineidad apenas comenzaba.

Una figura de raza negra, ausente de curvas femeninas, con rasgos masculinos en su rostro y utilizando pantaloncillos largos, levantaba los brazos para iniciar el festejo por su máximo logro deportivo hasta ese momento. Las primeras en cuestionar su sexo fueron las corredoras derrotadas. “Será mujer, pero yo sigo pensando que me ganó un hombre”, lanzó la italiana Elisa Cusma, sexta en cruzar la meta.

Ante su dominio abrumador en las preliminares, la Federación Internacional de Atletismo (iaaf, por sus siglas en inglés) comunicaba en conferencia de prensa que Semenya sería sometida a un examen de verificación de sexo. Una prueba que se aplica a las mujeres vencedoras con algún rasgo dudoso sobre su femineidad.

Esta acción que ejerce en nombre de la competencia limpia e igual, ha demostrado ser una medida atroz para quien es objeto de su aplicación.

Además, la medida tomada por la iaaf reabre la polémica sobre los parámetros para determinar las fronteras biológicas entre los competidores.

La prueba femenina

En el sentido estrictamente deportivo, Semenya despertó dudas desde los campeonatos africanos de este año, cuando realizó un tiempo de 1:56:72 minutos, lo que significó mejorar su marca personal por más de siete segundos. Para la final del Mundial de Berlín, celebrada el 19 de agosto pasado, la sudafricana de 18 años impuso el mejor tiempo de todo el año.

Con este antecedente, cualquier muestra de superioridad que demostrara en el Mundial sería suficiente justificación para someterla a una prueba de femineidad. Este polémico test se realizaba obligatoriamente para todas las mujeres que quisieran competir en los Juegos Olímpicos entre 1967 y 1999, pero el Comité Olímpico Internacional los suprimió al considerarlos humillantes. La iaaf había dejado de aplicarlos desde 1992.

El examen al que fue sometida la sudafricana consiste en observar si cuenta con los órganos sexuales femeninos; después, se analizan sus hormonas y cromosomas, para finalizar con un estudio sicológico. Un examen que, pese a lo completo que pueda parecer, sólo da parámetros para dejar la decisión final a la iaaf, ya de por sí criticada por hacer pública la decisión de someter a la corredora a esta revisión con la evidente consecuencia de la persecución ejercida por parte de los medios de comunicación y la sociedad.

Semenya nació siendo tratada como mujer, pero desde el colegio nunca le gustó usar falda y prefería los pantalones. Los más allegados a la corredora comentan que no le agradan del todos los hombres y que siempre ha preferido usar una ropa más sobria.

Para enredar más la situación, una presunta filtración de los estudios de la sudafricana al diario australiano Daily Telegraph de hace unos cuantos días afirma que Semenya presenta ausencia de ovarios y presencia de testículos internos. Un caso de intersexualidad. Lo cual sería suficiente explicación para entender la presencia de altos niveles de testosterona, pero con la polémica más viva que nunca sobre su condición para competir con mujeres.

Reglas genéticas

A lo largo de la historia del deporte se han dado diversos casos de sexualidad biológicamente pocos claros. Mientras que atletas como la polaca Stella Walsh o la india Santhi Soundarajar compitieron como mujeres pese a contar con genitales masculinos, la checa Zdenka Koubkova, hermafrodita, dejó de vivir como fémina tras no pasar un examen ginecológico en 1934.

También se han dado casos de dopaje en los que se somete a la deportista a tratamientos hormonales para aumentar su nivel de testosterona. Quizás el caso más sonado al respecto sea el de la alemana Heidi Krieger, a quien su entrenador, Ekkart Arbeit, sometía a tal cantidad de anabolizantes que tuvo que realizarse una operación de reasignación de sexo para convertirse en Andreas Krieger.

Y para aumentar más las dudas sobre el caso Semenya, resulta que Arbeit también se involucró en la preparación de la corredora, como doctor del equipo de atletismo sudafricano. El que fuera parte del cuerpo técnico de la República Democrática Alemana de 1982 a 1988 es aún recordado por inyectar a sus atletas hormonas masculinas.

Pese a los resultados finales que determine la iaaf —durante la segunda quincena de noviembre—, el debate está abierto. La determinación de una mujer es algo más que la aparición de cromosomas x en el par 23. Por otro lado, si se es estricto con las personas con anomalías sexuales, ¿por qué no se es en otras diferencias genéticas como son los kenianos con mayor presencia de fibras rápidas, o las mujeres con una musculatura superior a las de una fémina promedio?

Los mismos fenómenos deportivos destacan por tener una genética diferente a los demás sin que aún se les haya cuestionado su legalidad para competir. Mientras tanto, Semenya lleva 31 días en la carrera por demostrar su femineidad. Entre ella y la meta, aún se observan muchos obstáculos más.

alejandro.rodriguez@masterperiodismo.com

Saturday, September 19, 2009

La Federación sudafricana admite haber ignorado las dudas sobre Semenya



















"Me negué", dijo el presidente de la asociación al revelar que un médico le recomendó retirar del equipo a la atleta, oro en los 800 metros del mundial de atletismo de Berlín, tras someter a la deportista a una prueba de sexo.

La Federación Sudafricana de Atletismo (ASA) ignoró las dudas de los médicos acerca del sexo de la atleta Caster Semenya, admitió hoy su presidente, Leonard Chuene.

"Me negué", dijo Chuene durante una rueda de prensa en Pretoria al revelar que un médico de la federación le recomendó retirar del equipo a Semenya, oro en los 800 metros de los mundiales de atletismo de Berlín, tras someter a la deportista a una prueba de sexo.

El aspecto masculino de la atleta de 18 años y su notable marca dispararon las dudas y una fuerte polémica entre el gobierno sudafricano y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF).

La ASA había negado hasta hoy que Semenya fuera sometida a una prueba de verificación de su sexo. Chuene admitió hoy que la prueba fue realizada el 7 de agosto en Pretoria, antes de que la atleta volara a Berlín. Según el presidente de la ASA, las pruebas fueron realizadas a instancias de la IAAF.

Ya en Berlín, el médico del equipo sudafricano, Harold Adams, recomendó a la ASA retirar a Semenya, mencionando dudas sobre su identidad sexual, derivadas de los controles, reconoció Chuene.

El presidente de la ASA dijo haberse negado porque "no había base" para retirar del equipo a Semenya, ya que aún no había recibido los resultados de los controles, y no podía actuar "por rumores".

"Me negué", dijo Chuene. "De ninguna manera íbamos a retirar a esta chica... No iba a frenar que su talento fuera conocido por el mundo sólo por rumores".

"Si no le permitíamos correr nos confirmábamos a nosotros mismos que la chica no es normal", añadió.

Chuene dijo que dos comisionados médicos de la IAAF expresaron también sus dudas acerca de la condición de Semenya y recomendaron que simulara una lesión en Berlín para evitar ponerla en el foco de atención. Pero los médicos, enfatizó Chuene, no se opusieron a que Semenya compitiera.

Durante semanas Chuena negó que Semenya hubiera sido sometida a pruebas de verificación de sexo en Sudáfrica. Tras definir su actitud como "un error de juicio", Chuene argumentó que quería proteger la privacidad de la joven atleta.

El presidente de la ASA admitió también que es "incierto" que Semenya haya sido informada de que había sido sometida a una prueba de verificación de sexo.

Wilfred Daniels, ex entrenador de Semenya, dijo días atrás que a la atleta se le hizo creer que iba a someterse a un control antidoping y que se sintió enojada y humillada.

Un diario australiano aseguró la semana pasada que los resultados de las pruebas demuestran que Semenya es "intersexual", dueña tanto de características femeninas como masculinas, algo que podría excluirla de las competiciones si se prueba que le da una ventaja sobre otras atletas.

La IAAF se niega a dar a conocer los resultados antes de noviembre, argumentando que quiere discutirlos primero con Semenya y los expertos.

Chuene dejó abierta la duda de si la ASA aceptará los resultados de las pruebas si éstos demuestran la intersexualidad de Semenya.

El dirigente acusó a la IAAF de discriminación contra Semenya por haber hecho públicas sus dudas acerca de su sexualidad. Muchos otros atletas fueron sometidos a exámenes de genero por parte de la IAAF en los últimos dos años, pero sus resultados nunca se hicieron públicos, destacó.

Pierre Weiss, secretario general de la IAAF, viajará en los próximos días a Sudáfrica para discutir los resultados con la ASA. Los sudafricanos consideran una heroína a Semenya, proveniente de un pequeño pueblo en la provincia de Limpopo.

Saturday, September 12, 2009

Ni Caster ni su familia merecen esta humillación.

El ministro de Deportes de Suráfrica, Makhenkesi Stofile, advirtió ayer que cualquier intento de excluir del atletismo a Semenya "conduciría a la tercera guerra mundial" entre la IAAF y su país. "Ni Caster ni su familia merecen esta humillación. Ninguno de ellos ha hecho nada malo", dijo el ministro. "después de humillarla, vuelven y dicen que es mujer, pero que no saben en qué porcentaje. El resultado no es si es hermafrodita o no... es una chica", añadió Stofile, que ya está preparando una demanda de su gobierno contra la IAAF.

Thursday, September 10, 2009

Exámenes confirmarían que velocista sudafricana es hermafrodita

Según la prensa inglesa, desde la IAAF filtraron los resultados de los test a Caster Semenya, por lo que perdería su medalla de oro.

10/09/2009 - 15:19

Cerrada estaría la discusión sobre la polémica que causó la velocista sudafricana Caster Semenya al ganar los 800 metros en el Mundial de Atletismo de Berlín, puesto que según publica hoy la prensa británica los exámenes a los que se sometió revelaron que se trata de un caso de hermafroditismo.

El periódico The Sun cita a fuentes cercanas a la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), quien señala que "hay evidencia certera de que Semenya sería hermafrodita", lo que quiere decir que tiene órganos sexuales masculinos no desarrollados al interior de su cuerpo que continúan produciendo testosterona.

La misma fuente explica que ahora "el gran problema es que la IAAF ahora tendrá a todo el Congreso Africano y a Sudáfrica en sus espaldas", aunque aclaró que "todo se hará de acuerdo a lo que señalan las reglas, sin dudas ni refutaciones a lo que se ha descubierto".

"Hay un montón de exámenes que hacer. Es por eso que es tan complicado emitir un resultado. Antes, se hacía un examen ginecológico, test de sangre, cromosomas y otras cosas. Por eso lo que se encontraba podia ser refutado, porque no es un examen simple. Ahora se podrá decir, mira, están todos estos resultados y son similares", agregó la fuente de la IAAF.

De todos modos el personero del máximo organismo del atletismo calificó la situación de la velocista sudafricana como "muy dramática", puesto que de confirmarse el reporte deberá devolver la medalla de oro que ganó en Berlín.

Fuente

Monday, September 7, 2009

Interemergen

En España, la difusión en los últimos años de nuevos discursos que desde muy distintas posiciones reflexionan sobre los diagnósticos recibidos, sobre categorías médicas y sociales, y sobre los tratamientos y cirugías recibidas en situaciones de intersexualidad, está generando un debate emergente en el seno de muchos colectivos que alcanza a los propios profesionales y equipos médicos. Aún así, existe todavía muy poca información que proceda del contexto español, a excepción de la propiamente médica. Es necesario generar un estado de la cuestión que incorpore las diferentes vivencias y conocimientos que sobre este tema existe en nuestro contexto.

Interemergen
ha sido creada como una herramienta de estudio con el fin de recoger las distintas voces que intervienen y que están relacionadas con la gestión y vivencia de situaciones de intersexualidad. La información obtenida formará parte de la investigación cuyo objetivo principal es el de visibilizar, analizar y comprender las distintas realidades, conocimientos y demandas de todos los actores y colectivos sociales implicados principalmente dentro del contexto español.

Friday, September 4, 2009

El tercer sexo

El caso de la atleta surafricana Caster Semenya devuelve a la actualidad la existencia de un sexo intermedio, el de los hermafroditas.
Miriam Mendoza y Elena Martín
04/09/09
Son muchos los que se han preguntado si
Caster Semenya , campeona mundial de 800 metros, es hombre o mujer. Esta duda, en una sociedad en la que la existencia de gays y lesbianas comienza a normalizarse, ha puesto de actualidad la existencia de un tercer sexo poco conocido y denominado hermafroditismo o intersexualidad. Se trata de una anomalía genética del embrión de la madre que da lugar a híbridos entre hombre o mujer. Son, simplemente, variaciones del cuerpo humano. Parece raro, pero un 1,7% de la población mundial padece esta alteración en la que las mujeres, que tienen dos cromosomas XX en el par 23, desarrollan caracteres masculinos al poseer más hormonas androgénicas, esto es, las masculinizantes, como la testosterona. Pero también pueden darse los casos de que hombres -con cromosomas XY-, nunca lleguen a desarrollar estas hormonas masculinas, de la misma manera que existen personas con órganos sexuales femeninos y masculinos.

Estas características se pueden manifestar desde el nacimiento aunque, a veces, no se perciben hasta la pubertad. En cualquier caso, según el doctor
Jorge Horacio Raíces , psicólogo clínico y miembro consultor de la Organización Internacional de Intersexuales, es esencial que sean ellos mismos los que decidan qué tratamientos de normalización emplearán en sus cuerpos -si es que los quieren-. “Estas cirugías, al igual que los tratamientos hormonales, se asemejan a la mutilación genital. Por lo tanto, lo que desean las personas hermafroditas es que cada cual tenga el derecho de definirse sin categorías que sean impuestas médica o legalmente, porque no ven ninguna manera de determinar con límites claros y fijos su propio sexo”, señala el doctor Raíces. Es decir, que debe depender de cada uno la decisión de operarse o no, así como la posibilidad, igual de aceptable, de tratar la intersexualidad como una forma existencial más, sin necesidad de tratarla o curarla.

De hecho, muchos son los especialistas que consideran que la opción sexual de estas personas está más relacionada con la percepción psicológica que con los atributos físicos. Dentro del hermafroditismo existen varios grados, siendo los más habituales el masculino (cuerpo de hombre con testículos y órganos sexuales femeninos), el femenino (cuerpo de mujer con ovarios y órganos sexuales masculinos) y el total (con pene y clítoris atrofiados).

Tuesday, September 1, 2009

Androginia: el complejo mundo intersexual

Bimba y Miguel Bosé. Foto: Edgar Negrete-Clasos.com


Dicen que Caster Semenya, la atleta sudafricana que recién ganó la medalla de oro en los 800 metros durante el Mundial de Atletismo de Berlín, no es mujer sino hombre. Las afirmaciones se basan en su impresionante rendimiento físico pero, sobre todo, en su aspecto: tiene un pelillo en el rostro más cercano a los bigotes de mi general que a los de Frida Khalo, músculos marcados, mandíbula fuerte y, en general, rasgos masculinos.

¿Será que es suficiente con mirar a una persona a la cara o a su cuerpo para saber si pertenece al sexo femenino o al masculino? De ser así, y si seguimos la premisa del cantante italiano Tiziano Ferro, todas las mujeres mexicanas podríamos ser confundidas con varones debido a ese mostacho que el extranjero dice que tenemos. Pero resulta que, a veces, las apariencias engañan, aunque en el caso de los sexos es difícil entenderlo porque se nos ha enseñado que sólo hay de dos sopas: niño y niña, masculino y femenino, vieja y machín, ella y él (como decían las cursis toallitas bordadas que se regalaban en las bodas).

Si ni siquiera la orientación homosexual es reconocida como válida en muchas sociedades modernas, ¿qué sucedería si descubriéramos que una persona tiene genes masculinos pero es una mujer física y psicológicamente? ¿Cómo definiríamos a alguien que genéticamente resulta ser tanto hombre como mujer y tiene las características mezcladas de ambos sexos? Todas estas posibilidades y muchas más se presentan en el confuso, pero común —aunque no sea notorio a simple vista—, mundo de los estados intersexuales.

UN ASUNTO DE LETRAS… Y ALGO MÁS

Definir si Caster Semenya es hombre o mujer puede ayudar a que la medalla que ganó se quede en su casa o, por el contrario, llegue a manos de alguna de esas compañeras que la acusaron de verse como charro de oro, correr como gacela macho y hablar cual Pedro Vargas del atletismo. También, si se da el caso, puede demostrar que sigue habiendo entrenadores gandallas capaces de manipular los niveles hormonales de sus deportistas sin informarles de los efectos secundarios. Pero, sobre todo, pone en la mesa de discusión las decenas de posibilidades que pueden existir en relación con el sexo de una persona, las cuales se descubren de maneras mucho más complejas que sólo bajándose los calzoncitos para mostrar si se tiene pene o vulva, como le sugería hacer a Semenya la goleadora de la selección sudafricana Noko Matlou quien, en 2007, minutos antes del partido contra Ghana en el que se jugaban la clasificación para las Olimpiadas, se desvistió para enseñarles “lo que querían ver” a quienes le preguntaron si era realmente una mujer.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo ha sometido a Caster a los exámenes médicos y genéticos que integran la “prueba de género”, un complicado y poco conocido proceso durante el cual un equipo de expertos tendrá que decidir el sexo de la corredora. De hecho, en el mar de confusión que existe en el mundo del deporte, la población en general y los medios de comunicación en torno al tema de la sexualidad, se ha dicho que lo que se busca es definir su “identidad sexual”, pero eso va más allá de lo que les interesa saber en las competencias, ya que integra el sexo (masculino o femenino), la identidad de género (si se siente hombre o mujer), la orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual) y el rol de género (si vive su cotidianidad siguiendo esquemas masculinos o femeninos al vestir, al comportarse, al andar, al hablar). Por ejemplo, a las federaciones de atletismo les debería dar lo mismo si un atleta es homo o heterosexual o si en las noches viste de plumas o de botas vaqueras siempre y cuando su sexo corresponda a las clasificaciones que contemplan.

Y el sexo, ¿cómo se define? Tiene que ver con el proceso de sexuación, el cual comienza en la octava semana de gestación. No se trata simplemente de que en la feria del destino nos tocó tener el par XX o el par XY de cromosomas y sanseacabó. Preguntaba al inicio si sería suficiente con mirar a una persona a la cara o a su cuerpo para saber si pertenece al sexo femenino o al masculino. La respuesta es negativa, aunque es lo que hacemos la mayor parte del tiempo: cuando catalogamos a alguien —o nos catalogan— como un niño o una niña, un hombre o una mujer, normalmente lo hacemos llevados por factores externos como los caracteres sexuales secundarios (si tenemos “peluche en el estuche” pero también en la barba, si lucimos senos o manzana de Adán), la ropa, el aspecto y, en el caso de que se llegue a ese nivel de visión, los caracteres sexuales primarios (si tenemos vulva, pene o algo que se les asemeje).

No obstante, el sexo de una persona es el resultado de un proceso muy complejo en el que operan diferentes niveles, de manera que podemos hablar del sexo cromosómico: la famosa combinación XX, característica de la mujer, y la XY, del hombre; el sexo gonadal, es decir, el que se define si hay gónadas típicas masculinas, mejor conocidas como testículos, o femeninas, llamadas ovarios; sexo hormonal, en función a las hormonas predominantes, ya sean estrógenos o andrógenos; sexo genital externo, que suele ser el indicador usado para asignar el sexo a los recién nacidos dependiendo de si tiene pene o vulva; el sexo cerebral, que se da en función de la configuración y acción de determinadas zonas cerebrales, diferentes en hombres y mujeres; el sexo legal, que tiene que ver con lo que dice el acta de nacimiento; el sexo psicosocial o comportamiento que la persona tiene en relación con su entorno.

Estos aspectos son los que configuran el sexo de una persona, y varios de estos niveles de sexuación son prenatales. Lo que poco se menciona es que aunque un bebé al nacer presente unos genitales externos típicamente femeninos o masculinos, no necesariamente sus cromosomas corresponden a dichos genitales o a las hormonas que predominan en su organismo. Por eso, el proceso al que sometieron a Caster Semenya exige una compleja evaluación en la que intervienen ginecólogos, endocrinólogos, psicólogos y expertos en medicina interna. Además, le realizaron el análisis SRY (Sex-determing Región Y), que permitiría descubrir si, debido a un problema genético, aunque su cuerpo haya desarrollado órganos sexuales de mujer, sus cromosomas son en realidad XY, es decir, los de un hombre.

SER O NO SER HERMAFRODITA

Cuando comenzó el escándalo Semenya, los diarios Blick (suizo) y Bild (alemán) difundieron que la atleta era hermafrodita, noticia que se unió, en tiempo e impacto, a un video de la cantante Lady Gaga en donde se percibe, bajo su minúscula falda, “algo” que podría ser un pene. En una entrevista de dudosa procedencia, la extravagante estadunidense supuestamente afirmó: “Sí, tengo ambos genitales, los masculinos y los femeninos, pero yo me considero sólo hembra. Se trata simplemente de un pequeño pene que en realidad no interfiere en mi vida cotidiana para nada”. Después, su manager dijo que no era verdad, pero gracias a ambos casos la palabra “hermafroditismo” se instaló en el inconsciente colectivo de mucha gente que solía catalogar a los hermafroditas en el apartado donde van las sirenas, las quimeras, las gorgonas y el minotauro.

Hasta hace algunos años, antes de que existiera el concepto de “estados intersexuales”, estas diferenciaciones eran llamadas hermafroditismos. El término viene de la mitología griega: Hermafrodito era el hijo de Hermes y Afrodita. Una ninfa llamada Salmácide se enamoró de él sin ser correspondida. La desesperación llevó a la amante despechada a arrastrar al fondo de un lago a Hermafrodito mientras lo abrazaba. Al tiempo que ambos caían lentamente en las profundidades, Salmácide rezó con todas sus fuerzas para que los dioses jamás permitieran que sus dos cuerpos se separaran. De esa forma, se fundieron en un único cuerpo con ambos sexos.

Más allá de todas las imágenes oníricas que nos provoca esta historia, encontramos que el hermafroditismo verdadero debe incluir, en todos los niveles de sexuación (genética, gonadal y genital), características de ambos sexos. Su diagnóstico se establece por la composición de las gónadas, que deben incluir un testículo y un ovario o un testículo u ovario más un ovotestis o dos ovotestis. A simple vista es posible encontrar genitales ambiguos o de apariencia inusual al nacer: micropenes, un clítoris demasiado grande, fusión parcial de los labios, testículos aparentemente no descendidos, etcétera.

No siempre se presenta un pene con todas sus características y una vagina tal cual, como lo sugería la película XXY, una coproducción argentina y española dirigida por Lucía Puenzo (la cual, si no contamos este detalle, es una excelente cinta), sino que las posibilidades son amplísimas. Entre estas anomalías en el proceso de sexuación tenemos el síndrome de insensibilidad androgénica, en donde los individuos cromosomáticamente varones (XY) tienen dificultad para reconocer y responder a los andrógenos (hormonas masculinizadoras), por lo que la diferenciación se realiza en sentido femenino, siendo el responsable de esta situación el gen SRY (el cual investigan en Semenya). Por el contrario, el síndrome adrenogenital se presenta en niñas que al nacer tienen un clítoris más grande de lo habitual, genitales ambiguos, pero un aparato reproductor típicamente femenino, es decir, con útero, ovarios, trompas de Falopio y demás. En la pubertad puede producirse una masculinización de su voz, del vello de su cuerpo, ausencia de menstruación. Algo parecido es lo que, dicen, padece Caster: hiperplasia adrenal congénita (aunque aquí hablamos de que existe un factor hereditario).

Opciones como estas hay muchas, lo cual nos demuestra que en la sexualidad no todo es blanco o negro, masculino o femenino, niña o niño. Existen matices, existen peculiaridades que nos hacen a cada uno diferente del otro; por ello todos somos seres únicos e irrepetibles. Ojalá el caso Caster Semenya sirva para tratar de entender todo esto y no se quede únicamente en un escándalo sin provecho que se pierda en los anales de la historia del atletismo.

Verónica Maza Bustamante