Por Mariana Casas, Abogada especializada en identidad de género
Buenos Aires, Argentina
© abril 2009
Tod@s aquí asistimos al debate propiciado entre quienes sostenemos una transexualidad inclusiva, dentro de la cual existen una gama casi infinita de variables que son el producto de la diversidad humana, por un lado y aquellos que nos confrontan una teoría clasista con el neologismo "síndrome de Harry Benjamín", por otro.
Éstos últimos son quienes apoyan y diseminan la presunta existencia de estudios científicos acerca de que en determinado sitio del cerebro y antes del nacimiento se produce un fenómeno que determina la identidad de género de las personas. Es decir que sostienen el origen neurobiológico de la transexualidad.
Prefieren denominarle Síndrome de Harry Benjamín en razón de que argumentan que al denominarnos transexuales esta palabra cuestionaría la seriedad con que nos debe incorporar la sociedad.
Tal asociación es con conductas, desde su punto de vista reprochables, como la prostitución o la homosexualidad a las que consideran conductas disociantes, perversas o discipadas.
Luego también intentan la distinción de la llamada "transexualidad clásica" respecto de la actual transexualidad en razón del mayor o menor alcance de la transición, en otras palabras no podría pertenecer quien no repudie sus genitales de origen ni quien no quiera reasignarse genitalmente, para lo cual utilizan otro eufemismo denominando a la cirugía CAS (cirugía de asignación sexual)
Luego, en su prédica "aconsejan" no utilizar terminología trans, pues afirman que transexual implica cambio constante y que lo suyo no es ningún cambio sino que viene dado desde su nacimiento.
Explican las teorías científicas relativas al BST´c publicadas por varios estudiosos afirmando que los mismos "han demostrado en forma fehaciente que la transexualidad es producto de una cuestión neurobiológica en el cerebro". Uno de estos artículos puede leerse publicado bajo el título "una diferencia en el cerebro humano y su relación con la transexualidad" (J.-N. Zhou, M. Hofman, L.J. Gooren y D.F. Swaab ).
Lo endeble de tales argumentos radica en que el andamiaje esta sostenido en premisas falsas por lo siguiente:
1.- Ninguno de los prestigiosos científicos afirma haber descubierto a través de la experimentación científica que la transexualidad tenga origen neurobiológico.
2.- Si hablamos de un origen biológico tal afirmación debe sustentarse en experimentaciones y diagnósticos del mismo carácter, y no hay tal posibilidad.
3.- Aunque a la transexualidad hoy día se la diagnostique por medio de pericias psiquiátricas y psicológicas no deja de ser una cuestión que atañe a lo más íntimo de las personas de un modo absolutamente subjetivo.
4.- Una persona es transexual con independencia de su modo de ganarse la vida o su preferencia sexual.
5.- No es cierto que transexualidad signifique perenne cambio en el sentido que quieren atribuirle (hoy soy mujer y mañana varón), de todos modos la evolución de cada un@ jamás se detiene y evolución es cambio.
6.- Tampoco es correcta la distinción que hacen respecto de los términos transexualismo y transexualidad, ya que los ismos suelen aplicarse a afinidades políticas, religiosas o a enfermedades, en cambio la terminación dad en cuestiones humanas se aplica a una cuestión de afinidad con un tipo de modo de ser, en este caso de carácter sexual. (no hace falta leer sobre moluscos que cambian de sexo para saberlo)
7.- El sexo es algo maravilloso que nos ocurre a los seres humanos, en este caso, la transexualidad es otro modo de vivir la sexualidad entre hombres y mujeres ya sea entre si o entre iguales, conforme la preferencia de cada quien.
8.- El respeto por el modo de ser de cada quien es el respeto por lo diverso y el respeto por lo diverso jamás puede estar anclado en el descrédito por el otro.
9.- Tampoco es cierto que se trate de una forma de intersexualidad, puesto que la misma actualmente se comprueba empíricamente, aunque es un viejo anhelo de la comunidad transexual que sea incluida como intersexualidad de carácter psíquico.
10.- Entre transgenerismo y transexualidad hay una relación genero especie, el uno incluye al otro, tod@s l@s transexuales son transgéneros mas no todos l@s transgeneros son transexuales.
Por una transexualidad inclusiva, permisiva y abierta, en contra del clasismo, del sectarismo y del elitismo, personalmente le digo no a cualquier teoría que quiera imponerse sobre otra cuando su imposición es sustentada del modo artificial que he descrito.