Thursday, December 31, 2009

Polémica de sexo de Caster Semenya, uno de los hechos del año que no se resolvió


La atleta sudafricana saltó a la fama en el 2009, no precisamente por su por impresionante victoria en los 800 metros en el Mundial de Berlín, sino por la duda sobre su sexualidad.

Lo que comenzó con su triunfo -con una ventaja 'grosera', casi que insultante para sus rivles- y el reclamo deportivo de los supuestamente afectados por considerar que habían sido timados por un presunto dopaje con testosterona, alcanzó ribetes de conflicto político y de honor nacional sudafricano: se llegó al plano de amenazar con denunciar internacionalmente a la Federación Internacional de Atletismo (Iaaf) por violaciones a los derechos humanos de la deportista.

¿En qué va el caso?

La última noticia al respecto circuló el mes pasado, cuando el ministerio de Deportes de Sudáfrica, en un comunciado, afirmó que llegó a un acuerdo con la IAAF, en que habrían participado los abogados de la campeona. Según el texto, Semenya (quien siempre ha sostenido su condición femenina) conservaría su medalla de oro.

"Como Caster es inocente de cualquier delito podrá conservar su título de campeona del mundo en 800 metros. También acordamos con la IAAF que los análisis científicos realizados legalmente serán tratados con la confidencialidad de la relación de paciente y médico y en consecuencia no habrá ningún anuncio público sobre las conclusiones del equipo de científicos", dijo el ministerio. Muchos creyeron que era una absolución.

Sin embargo, de inmediato, Nick Davies, portavoz del Consejo Directivo de la IAAF, le quitó piso a la versión. "No podemos confirmar lo que fue anunciado por los sudafricanos. De momento, Semenya está habilitada para competir. Si podrá seguir haciéndolo es lo que tratamos de resolver", aseguró.

El caso le costó el cargo al presidente de la Asociación Sudafricana de Atletismo, Leonard Chuene, que fue suspendido por la Confederación Deportiva y el Comité Olímpico de Sudáfrica, por su actuación. Chuene, tras haberlo negado públicamente, confesó que tenía conocimiento de las pruebas de sexo realizadas a Semenya y se le acusó de manipular políticamente el caso y de no respetar los derechos de la atleta.

Semenya, de 18 años, fue sometida por la IAAF a una prueba de verificación de sexo en colaboración con la Federación Sudafricana a raíz de que en los campeonatos africanos júnior, a finales de julio, días antes del Mundial de Berlín, rebajara de golpe su marca en ¡siete segundos!: 1m 56s 72c (el mejor registro del año).

La IAAF tiene los resultados de los análisis efectuados por un endocrinólogo, un ginecólogo, un psicólogo y otros expertos, pero no los ha difundido. El 2009 se acaba y el caso, aún, no está cerrado...

Las dos hipótesis

Una de las constantes en el caso de la atleta Caster Semenya es que la mayoría de informaciones conocidas son versiones sin confirmación oficial.

Los supuestos valores de testosterona en el organismo de la deportista, publicados en su mometno por el diario australiano Daily Telegraph, arrojarían una tasa tres veces superior a la común de las mujeres.

Así surgieron dos hipótesis de la causa de este registro sin recurrir al dopaje: la primera, es hermafrodita.Tal conjetura nació de la publicación que en septiembre hizo ese diario bajo el título "Exclusiva mundial. Semeya es hermafrodita", diciendo que conocía el resultado de las pruebas realizadas por la Federación Internacional de Atletismo.

Según el periódico "se encontró que Semenya no tenía útero u ovarios, pero que tenía testículos internos, los órganos sexuales masculinos que producen testosterona".

El presidente de la República de Sudáfrica, Jacob Zuma, condenó tal versión y la calificó como "invasión de la privacidad de Semenya y una violación de sus derechos", aunque ni él ni el ministro de Deportes, Makhenkesi Stofile, negaron el informe. "Yo no sé por qué no debemos respetar la privacidad entre el médico y el paciente. ¿Por qué las pruebas se han publicado?", dijo Zuma.

La segunda presunción es que la atleta sufre hiperplasia suprarrenal congénita, la falta de una enzima en el desarrollo fetal, que anula la producción de la hormona cortisol y dispara la creación de andrógenos.

Fuente

Monday, December 28, 2009

Presentarán propuestas para el tema intersex

Tomada de la edición impresa del 22 de diciembre del 2009

El Proyecto Transgénero busca acuerdos con autoridades sobre salud y acceso a la información.

ANTECEDENTES

La Constitución del Ecuador, aprobada en el 2008, garantiza la protección a todos los ecuatorianos y en su artículo 11, inciso 2, establece la no discriminación por cuestiones de sexo, identidad de género, orientación sexual y por cualquier otra distinción personal o colectiva, temporal o permanente.

En este cuerpo legal no se incluyó el tema de la no discriminación por canon corporal, que protegería a las personas intersexuales.



Activistas de Ecuador relacionados a las diversidades sexuales piensan empezar el próximo año con la propuesta a las autoridades de tratar y visibilizar temas puntuales en salud y educación.

En ese marco, el Proyecto Transgénero pretende presentar en la Asamblea propuestas sobre la inclusión en las leyes del tema de la no discriminación por canon corporal, la inclusión de este tema en el pénsum de estudio de educación sexual de los colegios y el acceso a la información y servicios de salud para estas personas, que por su condición desarrollan enfermedades que no son prevenidas por falta de información.

El movimiento se centrará, sobre todo, en incentivar la discusión de dichos temas a favor de las personas intersexuales. Aquellas a las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como poseedores de una “condición genética u hormonal-enzimática”. Es decir, “que al nacer presentan de forma simultánea características sexuales masculinas y femeninas”.

En América Latina existen dos activistas intersexuales conocidos, Mauro Cabral, un argentino, y Jorge Santana, el primer activista ecuatoriano.

Jorge decidió empezar a trabajar como activista una vez que conoció todo lo relacionado con el tema intersex, ya que ni él ni su familia tuvieron información al respecto. Todo solo se fue dando durante su crecimiento.

“En la adolescencia empecé a sentir cambios en cuanto a mi corporalidad y recién allí se dieron cuenta de mi condición. Aunque me lo explicaron escuetamente, que ni yo ni mis padres entendimos qué era lo que estaba sucediendo”, recuerda.
Para él, la falta de información es uno de los principales problemas por los que tienen que atravesar las personas intersex, y que al decir de Jorge muchas veces ni siquiera los doctores comprenden lo que sucede en los cuerpos de las personas que nacen así.

El acceso a la información es uno de los primeros puntos en los que este grupo pretende trabajar. Elizabeth Vásquez, activista del Proyecto Transgénero, explica que se va a interponer una acción legal para que se revelen las prácticas médicas y quirúrgicas a las que se somete a los infantes intersex para “normalizarlos”.

La activista señala que no existen datos ciertos sobre el número de personas intersex que nacen, ni las intervenciones que les realizan, por lo que considera que debería existir una norma que impida a los galenos y a los padres de familia decidir en nombre de la otra persona.

Además, pide que se hagan “estadísticas y se regulen las decisiones que se toman en los cuerpos de los niños”.

Para lograr esto, el Proyecto Transgénero ha iniciado acercamientos con el Ministerio de Salud (MSP) para que se realicen capacitaciones a los miembros del sistema de salud.

Susana Tamayo, jefa del componente de prevención del Programa de VIH-Sida del MSP, explica que este año se ha comenzado una serie de capacitaciones en las áreas de atención integral en salud sexual y reproductiva en las provincias de Pichincha, Guayas, Orellana, Manabí y El Oro, con respecto al tema intersex.

La funcionaria dice que si bien muy pocos niños nacen con estas características, ya el tema de la intersexualidad se lo topa para conocimiento de los galenos.

Germán Cisneros, ginecólogo-obstetra del Hospital Eugenio Espejo, coincide con Tamayo y dice que el promedio de personas intersex que vienen al mundo es de uno cada dos o tres años.

Para Cisneros, aunque esto es un problema de salud, reconoce que son los padres quienes deciden operarlos para evitar problemas futuros.

Sin embargo, dice que esa realidad se da poco porque el promedio de personas que nacen con ambigüedad genital es de un nacido cada dos o tres años.

Aun así, para Vásquez la norma es necesaria, ya que también existen otros tipos de intersexualidad en donde los infantes tienen órganos masculinos o femeninos intra-abdominales y eso no se detecta hasta la adolescencia, “es allí que proponen hormonizar a estas personas para convertirlos en hombres o mujeres y que entren en la concepción binaria de personas”.

Según datos de la OMS, con dicha condición nacen uno de cada 2.000 personas en el mundo. Aun con esa estadística, Vásquez asegura que debe existir un registro propio que debe conocerse dentro del sistema de salud.

Por otro lado, Jorge señala que la educación en este tema es fundamental para que las personas que lo padecen no vivan ocultas y para que en general la ciudadanía conozcan sobre esta realidad que es poco tratada.

Jorge afirma que el proceso de visibilización de los intersex ha comenzado con un foro de carácter social y no médico, que se dictó a inicios de noviembre en la Universidad Andina de Quito, y que va a continuar de manera sostenida.

Todo seguirá “hasta que se den cuenta de que existimos”, menciona el activista. Y añade que una vez que lo logren empezarán a exigir otras medidas a su favor.

Por ahora solo está Jorge como activista, pero el proyecto busca que con las jornadas de información aparezcan más personas que reconozcan y acepten su condición y se hagan visibles.
Lucía Real Hidalgo
lreal@telegrafo.com.ec
Reportera - Quito

Monday, November 30, 2009

Diferencias ambiguas

La intersexualidad ha estado históricamente asociada a la ambigüedad sexual, pero ¿y si en lugar de nombrar cuerpos sexuados diferentes se tratara de una palabra capaz de articular políticamente esa ambigüedad y esa diferencia? El cine argentino, con XXY –Lucía Puenzo– y ahora con El último verano de la boyita –Julia Solomonoff, estrenada la semana pasada– ya hizo foco, sin despegarse totalmente del discurso médico, en los cuerpos intersex. Revisar estas películas y otras emergencias culturales de la intersexualidad tal vez proporcione algunas claves para pronunciar de otro modo la indefinición radical de todos los sexos.

El encargo es más o menos el siguiente: una nota que dé cuenta, con claridad y pocas vueltas, de las representaciones culturales de la intersexualidad. Yo acepto, por supuesto... por supuesto y a sabiendas de que la claridad y las pocas vueltas son incompatibles con el tema en cuestión. Empecemos por el principio: por la palabra.

El modo más breve de definir la intersexualidad es aquel que conjuga, en una sola frase, la llamada ambigüedad sexual con su destino en Occidente –un destino que hasta nuestros días ha estado signado por la expropiación biomédica de la diversidad corporal–. De acuerdo con esa definición, las personas intersex somos quienes, habiendo nacido con un cuerpo sexuado que varía tanto del promedio masculino como del promedio femenino hemos experimentado las distintas consecuencias que depara esa variación en esta cultura: el estigma de la ambigüedad, es decir, el de tener dos sexos, uno incompleto, de no tener ninguno o de tener un tercero, así como las distintas tecnologías de normalización que nos hacen encarnar, en la medida de lo posible, uno solo y solo uno.

Esta definición plantea un problema inicial –ese que es, de momento, el problema en el que consiste la intersexualidad–. No hay manera de definir la ambigüedad sexual si no es en relación con una supuesta precisión de lo sexual, y a su también supuesta encarnación en los cuerpos sexuados promedio de hombres y mujeres. Es así como quedamos, por definición, eternamente obligados respecto de esos dos promedios corporales elevados al rango de ley: encarnarás la diferencia sexual, o no serás nada. Este mandato, sin embargo, no sólo es excesivo para nosotros, sino también para el resto... ¿O acaso ha nacido ya quien pueda encarnar, de manera total y absoluta, un único sexo preciso?

iii

La diversidad sexuada ha tenido una larga y accidentada historia en Occidente –asociada de manera inextricable a las distintas economías de lo monstruoso–. Para Michel Foucault se trata de una forma particular de monstruosidad, aquella que combina, a la vez, los órdenes de lo imposible y lo prohibido. Es así como hemos terminado adorados en altares y quemados en hogueras, arrojados al mar o al desierto, atravesados por estacas, penes, espadas y bisturíes, recibidos en el mundo como presagios de su buena –pero generalmente de su mala– fortuna. Nuestros cuerpos, impropios por definición, violan la ley de la naturaleza al afirmar que, en materia de diferencia sexual, lo imposible es posible, una violación que la ley de los hombres no perdona.

Los tiempos que nos tocan vivir son los del progresivo declive del monstruo y de la progresiva aparición del paciente intersex (por lo general pediátrico e, incluso, neonatal). Se nos agarra temprano, antes de que la ambigüedad sexual nos tome el cuerpo, la mente y el alma y nos arroje a morar entre los hombres y las mujeres. La medicalización extrema de nuestros cuerpos ha tenido, sin embargo, efectos paradójicos. Ambiguos como somos, ¿acaso podía ser de otra manera?

Tanto la inmediatez como la obligatoriedad de la intervención médica han terminado por (re)producir el monstruo al que buscaban olvidar. Muy pocas personas saben cómo se ve un cuerpo intersex no intervenido –y esa falta de comercio con la diversidad corporal desata justamente aquellos temores, fantasías y deseos que sólo produce la conjura deseante de lo monstruoso–. Ha sido justamente la experiencia de esa medicalización la que ha producido la intersexualidad como identidad –puesto que, claro está, nadie nace intersex, solo se llega a serlo... en un hospital–. La humanidad, condenada a encarnar los mismos cuerpos sexuados una y todas las veces, se ha convertido en una versión débil y feroz de sí misma –y ha convertido nuestra existencia en un ejemplo paradigmático de encarnizamiento terapéutico–. Y es que no hay dudas: las buenas intenciones producen monstruos, esa clase de monstruos capaces de cortar y coser los genitales de un niño o de una niña solo para evitarles el dolor de su diferencia futura.

iii

Hasta nuestros días la representación dominante de la intersexualidad es aquella que produce la medicina –no sólo a través de su vocabulario, sino también de sus imágenes–. ¿Quién no ha visto, alguna vez, una de esas fotografías en las que alguien, por lo general un niño o un adolescente, está parado desnudo, con los ojos cubiertos por un cuadrado negro o un círculo blanco, expuesto a la mirada que procura saber? ¿O los genitales abiertos de alguien que no aparece en la fotografía, señalados por un dedo médico que oficia, al mismo tiempo, de referencia? Más importante: ¿quién ha visto, alguna vez, alguna otra cosa?

La medicalización de la intersexualidad coloniza sin parar otros modos de representación. Un ejemplo: la sustitución de los cuerpos intersex por flores en algunas versiones gráficas, una operación representacional que no solo nos reinstala en la naturaleza, sino que además nos representa como frágiles, pasivos y esencialmente arrancables y exhibibles en un florero (o en algún otro frasco). Otro ejemplo: el sometimiento de cualquier ficción que involucre la intersexualidad al escrutinio de la medicina, una suerte de llamada al orden que advierte jugarás con cualquier cosa, excepto con la verdad del sexo (una llamada que recibió, por ejemplo, Lucía Puenzo, cuando se atrevió a malrepresentar un cuerpo intersex). Y uno más: el torso hermafrodita fotografiado por Del LaGrace Volcano y reproducido por todas partes ha sido intensamente criticado por no ser, precisamente, un torso hermafrodita.

A lo largo de su historia moderna y contemporánea la intersexualidad se ha constituido en uno de los anudamientos más poderosos entre sexualidad y patología –en tanto no ha dejado, ni por un minuto, de causarle a la heterosexualidad normativa uno de sus peores dolores de cabeza–. No hay heterosexual que resista la interrogación que produce uno de nosotros en el deseo... ni tampoco hay homosexual que resista (y allí están los ejemplos de Middlesex y XXY para probarlo). La estabilidad misma en la que se funda el binario hétero/homo se viene abajo si la diferencia sexual tambalea. Y es justamente esa promesa de desestabilización la que ha convertido a la intersexualidad en la mitología pasada y la esperanza futura de la emancipación queer. Esta elevación de la intersexualidad al rango de promesa encarnada ha tenido efectos más bien nefastos –puesto que en lugar de colaborar en la transformación de nuestro status de objetos médicos ha propiciado nuestro devenir objetos apropiados del contrasaber–. Y nunca falta quien cree, a pie juntillas, que para ser intersex es preciso haber leído a Judith Butler.

iii

Los últimos años de esta década han sido los de una intensa representación de la intersexualidad en los términos de una gestión de la diferencia. Hace rato que la pregunta por el poder en los orígenes de la distinción entre lo Mismo y lo Otro han dejado paso a la administración pública de las identidades –y los destinos– discretos. Ya no importa bajo el imperio de qué ley ni en el contexto de qué régimen político de la corporalidad hemos llegado a ser diferentes. El punto es que lo somos, y no vale la pena (nos dicen) ocuparse de desmantelar la matriz que nos diferencia. La aprobación en el año 2006 de un nuevo vocabulario para nombrarnos –consagrado en el documento conocido como Consenso de Chicago– está produciendo en todo el mundo una fuerte re-medicalización de la intersexualidad, descompuesta en un conjunto, bien preciso, de trastornos del desarrollo sexual. Esa amenaza cruel en la que consiste su incertidumbre parece ahora domesticada para siempre.

En fin. Veremos cuánto aguanta ahí encerrada, y yo apuesto a que bien poco –porque la verdad es que mal que le pese a la gente no hay palabra en el mundo que pueda cumplir con ese encargo–.

El sex appeal de lo imposible

Soy un judío de Córdoba; como cada año, el espíritu navideño que invade progresivamente esta ciudad calurosa y polvorienta me mueve, sin embargo e indefectiblemente, al deseo. Y, como cada año, como no podría ser de otro modo, el regreso de las fiestas me mueve al deseo por lo imposible. Peor aún: al deseo por aquello que, siendo hoy claramente imposible, fue posible allá por algún pasado. Para estas navidades yo desearía, por ejemplo, recibir de regalo unas antiguas vacaciones de la escuela primaria, uno de esos veranos interminables que comenzaban apenas finalizado noviembre y terminaban recién en marzo.

iii

El último verano de la boyita acaba de estrenarse en el circuito comercial de Buenos Aires –justo ahora, cuando empiezan a desperezarse los calores, es decir: justo a tiempo–.

La película de Julia Solomonoff despliega con belleza y sencillez una trama que es, también, bella y sencilla. Ese despliegue cinematográfico está sostenido y tensado por una indudable semántica estival –¿acaso no es larga siesta de verano uno de los sinónimos perfectos de secreto?– y una economía singular del develamiento –si la sexualidad es el íntimo secreto de verano, la intersexualidad, está visto, es la madre portentosa de todas las tormentas–.

iii

El último verano de la boyita y XXY –dirigida por Lucía Puenzo– son películas ciertamente diferentes. A pesar de esas diferencias, en una y otra la intersexualidad es (re)producida a través de ciertas insistencias. O, podríamos decir, a través de ciertos parecidos de familia que hablan, a las claras, de las encarnaciones presentes de la intersexualidad. No se trata, como podría pensarse, de semejanzas entre ambas películas sino, justamente, de ese entre en el que parece consistir la intersexualidad y que hace posible aquello que narran.

Hay un animal en el comienzo de El último verano..., así como lo hay en el comienzo de XXY. En un caso se trata de un caballo, que se debate contra las sogas que lo sujetan y los hombres que tiran de las sogas; en el otro caso se trata de una tortuga, que ha llegado hasta una mesa de examinación. En ambas películas, está visto, los animales no son sólo los portadores materiales y simbólicos de la otredad, sino también del sometimiento bajo el cual se les brinda alguna hospitalidad entre los humanos, ellos y ellas.

XXY transcurre en un paraje situado en el retiro de una playa uruguaya. El último verano... transcurre, en su mayor parte, en las lejanías de la pampa entrerriana. Podría decirse, por supuesto, que ambos lugares son el aquí de quienes los habitan y, por tanto, no pueden ser definidos a priori como geografías de la distancia. En ambos casos, sin embargo, y de acuerdo con el movimiento interior a cada narración, a esos lugares se llega y de esos lugares también se parte. Más aún: es en esos lugares –y no en otros– donde mora lo extraño, tan distante de esas ciudades donde nacen, crecen y se reproducen los hombres y las mujeres. El agua es consustancial a ambos entramados narrativos, y los personajes se sumergen una y otra vez, escapando de ese mundo cruel y terrestre en el que imperan los bípedos.

Ambas películas son historias de iniciación sexual –comprendida, a la manera de Foucault, como historias de iniciación en el ejercicio sexual del sí misma o del sí mismo–. Ese ritual iniciático tiene su punto cúlmine en el encuentro con la encarnación misma de la otredad sexual (esa que, de tan otra, devuelve el reflejo invertido de lo mismo). El verbo devenir se conjuga en ambas del mismo modo diferencial: los iniciados son aquellos –el adolescente, la niña– que se enfrentan a la intersexualidad, de pronto y en medio de la nada, aquellos que son tomados y rehechos por el paso de la intersexualidad por su cuerpo. Los personajes intersex de ambas películas son iniciados en un ritual distinto, y su devenir es, como ellos mismos, otro: el suyo es devenir literal de aquello que siempre fueron.

El carácter relativamente estático de los personajes intersex –fijados a la trama por la costura del diagnóstico– reconoce, no obstante, un movimiento peculiar, a la vez subjetivo y objetivo. Podríamos llamar a ese movimiento la asunción de la verdad. O, mejor: de la verdad, que no es otra que el supuesto real del cuerpo. En una y otra película hay un momento crucial de autorreconocimiento, de encarnación verdadera –aunque se trate de una verdad impronunciable en la lengua–. La singularidad no deja de ser paradójica: si algo desmiente la intersexualidad es la posibilidad misma de una verdad una.

La persistencia de lo literal no es una casualidad, sino el resultado obvio de la imposibilidad de prescindir, siquiera en el terreno de la ficción cinematográfica, de la definición medicalizada de la intersexualidad. Y si existiera, acaso, la posibilidad de una poética rebelde a la reducción permanente al diagnóstico, ambas directoras se han encargado de precisar, en distintas entrevistas, cuál es el síndrome que aqueja a cada una de sus criaturas intersexuadas. Y no se trata de rehuirle al diagnóstico, materialización frecuente de nuestras biografías, sino de atreverse a afirmar, siquiera por una vez, la cualidad esencialmente narrativa de todo y cualquier diagnóstico. ¿De qué otro modo sería posible diagnosticar a personajes de ficción?

Ni El último verano... ni XXY permiten vislumbrar aquello que, en un cuerpo sexuado, sería evidencia indubitable de intersexualidad. Hay ciertos indicios, por supuesto: pastillas, sangre, alguien que mira entre las piernas y declara que hay dos, una venda que aprieta el pecho. Y hay otros indicios. A diferencia del resto de los personajes de ambas películas, los personajes intersex de una y otra hablan y se mueven de un modo singular. Nadie podría decir, a buenas y primeras, que eso que los distingue pertenece al orden de la así llamada ambigüedad sexual; pero, vamos, algo les pasa, algo de su rareza genital se cuela en su manera de pronunciar las palabras, mover las manos, balancear el cuerpo. Son de otra parte, se dirá. Justamente.

Las dos películas muestran formas librescas de la intersexualidad. Hay libros de medicina en una y otra, y los personajes buscan y se buscan entre sus páginas. El único saber disponible en esas lejanías es el más tradicional de todos –ese saber médico que llega a chicos y grandes a través de la autoridad de la palabra escrita–. Se trata, evidentemente, de una intersexualidad de libro. A lo largo de ambos recorridos argumentales se traza una relación fascinante entre la reproducción gráfica y escrita de aquel saber y los cuerpos intersex vividos: el carácter iniciático de esos cuerpos, fundado en su correspondencia con las imágenes y las palabras impresas, sólo puede mantenerse si se trata de cuerpos no intervenidos quirúrgicamente. Los manuales de medicina no dan cuenta de nuestras historias, y el sex appeal de la cicatriz aún necesita que se filme su propia película.

A la luz de esta extrañeza –allí donde lo extraño no es la intersexualidad, sino la integridad del cuerpo– el emplazamiento en una geografía distante comienza a perder su carácter de recurso narrativo para convertirse en una condición de posibilidad... de la supervivencia. La verosimilitud de las futuras ficciones urbanas de la intersexualidad, si alguna vez llegan a existir, requerirá de la modificación radical de esas condiciones. Tanto XXY como El último verano de la boyita dejan sentir el llamado insistente de ese imperativo.

iii

Mi abuelo José Siriczman era visitador médico. En su biblioteca había centenares de libros y, entre todos ellos, sobresalían unos gruesos volúmenes verdes y negros. Eran unas revistas tituladas MD. Medicina y Humanidades, que mi abuelo había coleccionado durante años, y encuadernado. Cada una de esas revistas incluía largas notas, ilustradas, de historia de la medicina, de filosofía, de literatura, y abundaban las reproducciones de obras de arte. Mi abuelo había recortado una de esas reproducciones, la había enmarcado y adornaba una de las paredes de la habitación donde jugaba solo al ajedrez, leía y dormía. Era un Quijote, montado, azul y solo, con la firma de Honoré Daumier.

Ese Quijote está ahora en mi estudio, frente a la silla en la que me siento para escribir. Debajo de su figura de yelmo y lanza enhiesta hay una cita tomada del libro, una frase que dice lo mismo que yo, judío hermafrodita de Córdoba, deseo y deseo: Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad.

Presentación de la novela 'El caballero indeterminado'

30.11.09 - 04:58 -

El ubetense Arsenio Moreno Mendoza presentó en el Hospital de Santiago su último libro, titulado 'El caballero indeterminado'. De ello se encargó otro escritor, el también ubetense Jesús Maeso de la Torre, quien destacó lo atractivo de la historia y la calidad narrativa de su paisano. Además, en la mesa estuvo el alcalde de la localidad, Marcelino Sánchez.
Tras la buena acogida que tuvo el pasado año 'Hijos de Padilla', su anterior libro, Arsenio Moreno ha publicado esta nueva incursión en la novela histórica, un género que al historiador ubetense le viene como anillo al dedo.
Para dar forma a una trepidante narración, Moreno Mendoza parte de la historia, bastante conocida en Úbeda, de la 'monja varón', la religiosa que de improvisto se convirtió en hombre a la edad de 28 años, como resultado de un accidente más relacionado con lo biológico que con lo místico, dada su condición de hermafrodita. De esta forma, la monja llega a ser soldado en la primera mitad del siglo XVII y participa en diferentes episodios que el autor refleja con profundo conocimiento de la época y con un lenguaje que le da mayor verosimilitud.
Siglo de Oro
A partir de los documentos existentes sobre este sorprendente suceso, Arsenio Moreno ha trazado una apasionante novela con el opulento y decadente Siglo de Oro español como trasfondo.

Monday, November 23, 2009

"Primero tuve que entender mi cuerpo para poder entender mi sexualidad"



Gabriel descubrió que era un chico a los 16 años. (Imagen: Hugo Fernández)
Los médicos confundieron los genitales de Gabriel Martín al nacer.
Hasta su adolescencia pensaron que era una chica.

Desde pequeña, Patricia sabía que algo no iba bien. Tenía que soportar que compañeros de clase la calificaran de "machote" y que profesores la confundieran con un chico. Ella se divertía más jugando con losgeyperman de su amigo Juan que con las muñecas que le regalaban.

Al nacer, en 1971, los médicos no creyeron necesario hacerle ninguna prueba ante la evidencia de que era una niña: parecía que tenía vulva. Pero Patricia descubrió a los 16 años que era un chico. Y pasó a llamarse Gabriel.

Por algún problema de la gestación, no se desarrolló el pene y los testículos le quedaron ocultos en las ingles. Nació con un DSD (desajuste en el desarrollo sexual), la "intersexualidad" (antes conocidos como hermafroditas).

Bastante común

"Es un problema bastante común. Lo sufre un 1% de la población en algún grado", explica a 20 minutos Gabriel Martín, psicólogo e intersexual varón. Descubrió que era hombre por su tesón. "Desde pequeño sabía que algo no iba bien, pero con la adolescencia todo se acentuó. Me salió vello, se me desarrolló el pene...", recuerda. Y empezó a investigar, buscando una explicación a lo que le pasaba. Encontró la respuesta "en El libro de la vida sexual, de López-Ibor, una obra retrógrada que me dio una idea".

Mi vida era una mezclaLos análisis del endocrino confirmaron que era un hombre. A partir de entonces, redefinió su vida. En el instituto le empezaron a tratar como un chico, rectificaron su nombre en los documentos... "Encontré comprensión", afirma.

Su historia fue más allá: a los 23 años descubrió que era gay. "Primero tuve que entender mi cuerpo para entender mi sexualidad", relata. Asegura que "fue un trauma. Mi vida era una mezcla". Pero eso quedó atrás. Ahora, entre risas, dice que ha salido "tres veces del armario". Cuando descubrió que era un hombre, cuando lo explicó y con su homosexualidad.


Ayuda a los familiares

"En casos así te encuentras con la soledad más absoluta. Nunca, nada, nadie. Son las tres palabras que definen la situación", afirma Gabriel. Como psicólogo e intersexual, es uno de los grandes entendidos en la materia y ayuda a personas que padecen DSD y a sus familiares a superar esta situación desde su trabajo en la Coordinadora Gai-Lesbiana de Barcelona.

Es uno de los ponentes que participarán en la conferencia mundial que organiza la International Lesbian and Gay Associaton en Río de Janeiro en 2010.

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Thursday, November 19, 2009

Caster Semenya conservará su oro mundial

ATLETISMO

Caster Semenya conservará su oro mundial en 800 metros tras el acuerdo de la IAAF y el gobierno sudafricano

JOHANNESBURGO, 19 Nov. (EP/Reuters) -

El Ministerio de Deportes sudafricano informó hoy de que la atleta Caster Semenya conservará su título mundial de 800 metros después de haber llegado a un acuerdo con la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

El organismo dijo que el gobierno sudafricano, los abogados de la mediofondista y la IAAF llegaron a un acuerdo total para que Semenya conserve su medalla de oro y su premio en metálico porque ha sido declarada "inocente de cualquier error".

Además, el Ministerio informó de que también se llegó a un acuerdo con la IAAF para no publicar los resultados de los tests de género efectuados a la atleta, ya que deben ser tratados como confidenciales.

Por otra parte, la autoridad deportiva sudafricana explicó que la atleta será quien decida su futuro. "Las consecuencias de las pruebas científicas para la salud de Caster serán analizadas por ella y decidirá qué hacer en un futuro. Cualquier cosa que decida, contará con nuestro respeto", advirtió.

Por otra parte, el gobierno sudafricano también ha pedido a la IAAF que se disculpe por la forma en que fue tratada Semenya. "La respuesta de la Federación ha sido: 'Lamentamos profundamente que una información confidencial se haya hecho pública'", apuntan.

El diario australiano 'Daily Telegraph' reveló el pasado mes de septiembre que Semenya era hermafrodita, citando fuentes sin revelar, pero la IAAF no ha confirmado ese informe. Tanto la atleta como su familia han defendido que es una mujer y han asegurado que todas las informaciones han sido muy dañinas para ellos.

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Wednesday, November 18, 2009

ATLETISMO-IAAF aplaza debate sobre caso de Semenya

LONDRES, nov 18 . - El caso de la atleta sudafricana Caster Semenya no se discutirá en el Consejo de la IAAF esta semana a la espera de que se completen los exámenes a la velocista, dijo el miércoles la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por su sigla en inglés).

Semenya, quien se coronó campeona de los 800 metros planos en el Mundial de atletismo disputado en Berlín en agosto, se sometió a exámenes de verificación de género este verano boreal en Sudáfrica y Alemania tras dudas sobre su género, y un panel de expertos ha estado estudiando los resultados para la IAAF.

"No habrá discusión sobre el caso de Caster Semenya en la próxima reunión del Consejo de la IAAF que se celebrará en Mónaco entre el 20 y el 21 de noviembre", dijo la IAAF en un comunicado.

"La IAAF no hará comentarios sobre los aspectos médicos del caso de Caster Semenya. Los exámenes médicos a la atleta aún deben ser completados", agregó.

El diario australiano Daily Telegraph, que citó una fuente anónima, informó en septiembre que Semenya era un hermafrodita con características sexuales masculinas y femeninas.

La IAAF no ha confirmado el informe.

Semenya y los miembros de su familia han dicho que la atleta es mujer y que la publicidad que rodea el caso les ha causado dificultades.

"No es tan fácil", dijo Semenya, estudiante de la Universidad de Pretoria, al diario británico The Guardian en una entrevista.

"En la universidad estoy bien, pero no hay muchos otros lugares a los que puedo ir. La gente quiere mirarme ahora. Quieren tocarme. Se supone que soy famosa, pero creo que no me gusta mucho", agregó.

Los sudafricanos han reaccionado al caso con indignación y el partido gobernante del país, el Congreso Nacional Africano (CNA), ha denunciado a la IAAF y a la Asociación Sudafricana de Atletismo (ASA) por su manejo del tema.

(Editado en español por Gabriela Donoso)

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Tuesday, November 17, 2009

La pareja gay obtuvo un turno para casarse por civil

Celebraron la decisión de Macri de no apelar el fallo y reclamaron a los legisladores nacionales “que cumplan con su trabajo” y den quórum para tratar el matrimonio homosexual.


No puedo dormir!”, dice el mensaje de texto que el cronista recibe en su celular pasada la medianoche del domingo. Es Álex Freyre, quien está a horas de protagonizar un hecho histórico: junto a su pareja, José María Di Bello, serán los primeros hombres gays en contraer matrimonio civil en América Latina. “Es una responsabilidad demasiado grande, no sé si estábamos preparados para esto. Estamos muy nerviosos”, reconoce Álex, ya en la mañana del lunes, mientras se prepara para enfrentar el día que le cambiará la vida. Cuenta que lo picó un mosquito en el labio y se queja: “¡Parezco Menem cuando lo picó la avispa!”. Le suena el otro teléfono, lo llaman de una radio. Desde temprano, no para de recibir llamados.

Mientras tanto, en las oficinas del Gobierno de la Ciudad, los funcionarios esperan que se venza el plazo legal y el fallo quede firme, ya que un matutino había echado a correr el rumor de que el fiscal Federico Andrés Villalba Díaz apelaría la sentencia que autorizó el casamiento. Luego de que Macri decidiera que la Ciudad no apelaría, el fiscal era el único que podía hacerlo. “Acabamos de confirmar que el fiscal no apeló, así que en unos minutos el Registro Civil estará dándoles turno a Álex y José María. Se casan el 1 de diciembre”, confirma a este diario una alta fuente del gobierno porteño cerca del mediodía.

La elección de la fecha (el 1 de diciembre es el Día Mundial de la Lucha contra el Sida) no es casual: los novios viven con VIH y son destacados activistas de organizaciones que trabajan en la prevención del virus. Álex es director de la Fundación Buenos Aires Sida y asesor del INADI en el tema. En 1996, en un almuerzo con Mirtha Legrand, la invitó a beber de su copa, para que la audiencia entendiera que el virus no se trasmite de esa manera, y también fue el promotor del acto en el que el gobierno porteño, en la época de Aníbal Ibarra, cubrió el Obelisco con un preservativo gigante, y rosa. José María es subsecretario de la Cruz Roja Argentina y dirige la Red Mundial de Personas Viviendo con VIH. Por esa militancia se conocieron y no podría haber un día mejor para casarse.

En el CGP Nº 14 de Palermo están organizando todo desde temprano. La propia directora, Gabriela Seijo –“¡Se llama casi igual que la jueza!”, se sorprende Álex– se comunicó durante el fin de semana con la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans para ofrecer que el matrimonio se celebre allí. “Que el primer casamiento gay de la Argentina sea en nuestro Registro sería un honor para mí y voy a estar encantada de recibirlos”, les dijo, y el gesto llevó a la pareja a cambiar los planes, ya que la idea original era ir a la sede central, en la calle Uruguay. “Saber que vamos a ser recibidos con tanta buena onda es importante, porque es un día histórico y queremos que sea perfecto”, explican. Entre los preparativos para la boda, la pareja está ahora pensando en quiénes serán los testigos. Dos ya están confirmados: el concejal socialista español Pedro Zerolo, principal impulsor de la ley de matrimonio gay en España, viajaría para la boda y también sería de la partida la titular del INADI, María José Lubertino.

Los novios habían concurrido a la sede central del Registro Civil en abril, pero les negaron el turno, ya que dos artículos del Código Civil impiden la celebración de un matrimonio entre personas del mismo sexo. Disconformes con la respuesta, fueron a la Justicia, tal como lo habían hecho antes otras cuatro parejas, en el marco de la campaña nacional de la Falgbt por la legalización del matrimonio gay.

María Rachid y Claudia Castro habían sido las primeras, en febrero de 2007, y el recurso de amparo que presentaron ya está a consideración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las siguieron Alejandro Vanneli y Ernesto Larrese, en Buenos Aires, y luego Martín Scioli y Oscar Marvich, en Rosario. Álex y José María fueron la última pareja en presentar su amparo, pero la primera que recibe un fallo favorable en primera instancia. La semana pasada, la jueza Gabriela Seijas, titular del Juzgado de Instrucción Nº 15 en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, declaró la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó al Registro Civil que los case.

Luego de la sentencia, todos pensaban que la Ciudad apelaría y la pareja debería esperar a que su caso llegara a la Corte, como el de María y Claudia. Algunas organizaciones ya estaban organizando un acto de repudio frente el gobierno porteño, pero Macri los sorprendió a todos. Tal como anticipó en exclusiva Crítica de la Argentina el viernes pasado, el jefe de Gobierno decidió no apelar el fallo y explicó en un video promocionado por YouTube, Facebook y Twitter que está de acuerdo con la legalización del matrimonio gay. “Siento que esto es un paso adelante y que el mundo va en esa dirección. Habrá gente que no estará de acuerdo, pero me parece que esto va a ser igual a lo que pasó con el divorcio, que fue un debate muy intenso y ahora es algo natural. Se trata de permitirle a la gente que decida libremente cómo se vincula y sea feliz. Espero que sean felices”, explicó Macri.

Esa decisión cambió el escenario político del debate en el Congreso, donde las comisiones de Legislación General y Familia podrían volver a reunirse esta semana para aprobar un dictamen a favor de los proyectos de Vilma Ibarra y Silvia Augsburger, que buscan legalizar el matrimonio gay en todo el país. Luego de dos semanas de intensos debates y pese al compromiso de la mayoría de los diputados que integran las comisiones, que habían prometido su apoyo a la iniciativa, el último plenario de las comisiones no tuvo quórum por la ausencia por los diputados de la UCR, el PRO y el Frente para la Victoria. Esta semana será la última oportunidad para aprobar el dictamen antes de que se termine el plazo reglamentario. La presidenta de la comisión de Legislación General y principal promotora del debate parlamentario que comenzó semanas atrás, Vilma Ibarra, adelantó a este diario que está conversando con legisladores de los bloques que no asistieron a las últimas reuniones para tratar de confirmar que una nueva convocatoria para esta semana no fracase por la misma razón. El radicalismo y el kirchnerismo estarían evaluando en estos días qué hacer, mientras que fuentes del macrismo advierten que el PRO podría dar quórum, en línea con la posición adoptada por el jefe de Gobierno porteño. “Lo estamos analizando”, aseguran.

Los novios salieron del Registro ayer al mediodía con todos los documentos en regla para su matrimonio civil. Los acompañaron la presidenta de la Falgbt, María Rachid, las otras parejas que esperan el resultado de sus recursos de amparo, los diputados nacionales Roy Cortina y Fernanda Gil Lozano, la titular del INADI, María José Lubertino, la directora nacional de Juventud, Mariana Gras, y la legisladora porteña Verónica Gómez, entre otros. Junto a ellos, una multitud de activistas, periodistas, vecinos y curiosos que no quisieron perderse el acontecimeinto.

–¿Te sorprendió la decisión de Macri de no apelar el fallo y declararse a favor del matrimonio gay?

–Sinceramente, no lo esperábamos. Así que lo reconozco y lo celebro.

–¿Te parece que lo que sucedió puede cambiar las cosas en el Congreso y hacer que los diputados finalmente den quórum?

–No sólo lo espero, sino que convoco a los diputados y diputadas del radicalismo y del Frente para la Victoria a que tengan la valentía de dar el debate en las comisiones. Que cumplan con su trabajo, que para eso les pagamos el sueldo, y vayan a decir su opinión, ya sea a favor o en contra.

–¿Cómo se sienten, ahora que tienen el turno para casarse?

–Muy felices y muy emocionados. Pero, a la vez, no queremos ser dos privilegiados. La igualdad jurídica no puede ser sólo para dos personas y no es posible que sea necesario ir a la Justicia para tener los derechos que la Constitución nos garantiza a todos y todas. Por eso hace falta que los diputados voten la ley antes de fin de año, para que todas las parejas tengan los mismos derechos con los mismos nombres.

Saturday, November 14, 2009

Guía para sensibilizar sobre la violencia de género

En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género que se iniciará el día 25 de noviembre, la Asociación Civil Trama – Lazos para el desarrollo ha diseñado la Guía “Aportes para la sensibilización sobre violencia de género a nivel local y comunitario”.


La idea es brindar a las organizaciones, movimientos sociales y gobiernos locales, herramientas para el diseño, implementación y evaluación de campañas y acciones de sensibilización.

Este material es de dominio público y se distribuye electrónicamente en forma gratuita para lograr que la mayor cantidad de personas y organizaciones puedan acceder a sus contenidos y desarrollen capacidades de comunicación.


En el mismo sentido hemos publicado la página web “Nuevas Tramas” www.nuevastramas.com.ar una red de comunicación contra la violencia de género donde encontrarán información y recursos sobre esta temática.


Para quienes, a través de la lectura de este material, se interesen por profundizar sus conocimientos y habilidades de comunicación destinados a acciones de sensibilización sobre este y otros temas, les proponemos ponerse en contacto con el equipo de la Asociación Civil Trama – Lazos para el desarrollo. Allí estaremos para acompañar a las organizaciones sociales en sus sueños y sus luchas cotidianas.


Agradecemos la difusión de esta información

www.trama.org.ar

www.nuevastramas.com.ar

www.tramapicodelora.blogspot.com

Thursday, November 12, 2009

Eunucos de la India tendrán categoría sexual independiente

Nueva Delhi, 12 nov (PL) Los eunucos de la India ya no están obligados a inscribirse como hombre o mujer en el padrón electoral, porque tendrán una categoría sexual independiente, anunció hoy aquí una fuente oficial.

De acuerdo con una nota de prensa de la Comisión Electoral, los llamados hijras, de los que se dice existen alrededor de un millón 200 mil en todo el país, podrán marcar en la casilla "Otros", que aparecerá en todos los documentos de esa entidad donde se solicite definir el sexo del votante.

El texto aclara que la medida responde a una petición hecha por individuos y organizaciones cívicas locales, y menciona en particular una solicitud hecha por estudiantes de derecho del estado de Orissa al presidente de la Comisión.

El tema alcanzó notoriedad en enero pasado, cuando Sonam Singh, quien se identificó como una mujer originaria del estado de Rajastán, se quejó ante el Tribunal Supremo, porque los eunucos estaban obligados a identificarse como hembra o varón al inscribirse en el padrón electoral.

El término "hijra" define a un grupo social en la India integrado por hombres que deciden castrarse y actuar como mujeres, aunque también comprende a los transexuales y hermafroditas.

En la antigüedad se creía que tenían poderes especiales y ocupaban un lugar destacado en la sociedad india de entonces como protectores de los harenes de la nobleza.

Hoy en día son discriminados por su orientación sexual, y se ven obligados en su mayoría a ejercer la prostitución como medio de subsistencia en un mundo marginal casi siempre controlado por las mafias locales.

Según la Unión Popular para las Libertades Civiles, esos prejuicios sociales se traducen también en violencia contra los hijras.

arc/nm

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Tuesday, November 10, 2009

Julia Solomonoff

"La idea era trabajar de la manera más espontánea posible"


La realizadora estrenará este jueves el film El último verano de la Boyita, sutil mirada sobre el pasaje de la niñez a la adolescencia a través de los ojos de una niña, quien entabla una amistad con un niño intersexual. La película será inevitablemente comparada con el film de Lucía Puenzo XXY, pero su punto de partida y sus indagaciones son de otro tipo. Julia dialogó conEscribiendoCine sobre su esperada película, co-producida por los hermanos Almodóvar

Viendo tu film considero que la idea del pudor está muy presente, tal vez acompañando la mirada que tiene la protagonista. Un pudor que recorre todo el relato.
No es nada impuesto. Si quisiera quitármelo, no sé si quedaría bien. Me parece que tiene que ver con un respeto al tema. Hay una responsabilidad en trabajar con gente, con niños, en trabajar ciertos temas. Tiene que ver con eso, y con respetar el espacio del otro.

Me gustaría que me hables del casting, los dos niños logran desempeñarse de una forma muy espontánea, ¿cómo fue el proceso para llegar a ellos?
Fueron dos procesos distintos. En el caso del chico, es alguien a quien conocí hace tres años, entablé con él una relación personal. Es decir, no tuvo que ver con un casting, sino con conocer a alguien. En el caso de Guadalupe sí fue un casting. Buscamos nenas en Buenos Aires, en Rosario… Y ahí la búsqueda era de otro tipo. En ambos casos fue muy importante María Laura Berch, la entrenadora de los chicos, con quien trabajamos escena a escena, momento a momento. No hubo que memorizar muchos diálogos, la idea era trabajar de la manera más espontánea posible. La idea era ayudarlos a jugar, y a tener una mirada sobre lo que estaban haciendo para que no se convirtieran en autómatas. María Laura también hizo el trabajo paraUna Semana Solos (Celina Murga, 2008). Es una persona muy talentosa.

En cuanto al guión, ¿había una estructura imposible de modificar? ¿O se fueron produciendo cambios durante el rodaje?
Lo que fue muy trabajado fue el guión en cuanto a su estructura dramática. El orden de las escenas, el por qué... Eso fue lo más trabajado, no tanto las líneas de diálogo ni las acciones físicas. Eso fue más buscado en el momento. Igual los diálogos estaban escritos, pero se podían modificar en torno a cómo fluían. Lo lindo en cuanto a tener un guión muy sólido es que pudimos incorporar muchos elementos de la naturaleza.

La película se va construyendo desde los opuestos: el pueblo y el campo, lo masculino y lo femenino, el mundo adulto y el mundo infantil. En cuanto a la cuestión del género, hacia la época del film (los ’80) existían muchas menos certezas sobre la intersexualidad. ¿Qué mirada sentís que tiene el film sobre este asunto, y qué mirada tenés vos?
Dentro de la película, aparece la idea del aislamiento, el “no saber”, y creo que lo que la película plantea más que una sola lectura o mirada sobre el tema es una apertura, una pregunta, una duda. Y sobre todo una aceptación, que está muy lejos de la palabra “tolerancia”, porque me parece que la palabra “tolerancia” es algo negativo. No es tolerancia, es –de alguna manera- aceptación y celebración de la diferencia. Y eso es lo que siento como mi mirada hoy. En ese momento, a esa edad, hay cosas que no tienen nombre. Ellos no hablan de intersexualidad. Hay una situación de cierta ambigüedad. De alguna manera más rica, porque sino todo termina siendo una etiqueta. Es algo a lo que la película rehuye todo el tiempo: la etiqueta. Cuando Jorgelina escucha lo clínico se tapa las orejas. No lo quiere escuchar, porque nadie debiera ser reducido a un cuadro clínico, intersexual, heterosexual o lo que fuera.

Inexorablemente tu film va a ser comparado con el de Lucía Puenzo. ¿Cómo pensás este tema? Yo siento que ambas películas tienen una mirada sobre la intersexualidad, pero parten y llegan a lugares muy diferentes. ¿En qué medida creés que El último verano de la boyita puede aportar nuevos acercamientos sobre la cuestión?
Supe de la existencia de la película de Lucía básicamente cuando yo tenía el guión terminado, hacia la época del casting. Esto ya estaba bastante avanzado. Si bien tienen un punto en común, tienen muchas diferencias. Y creo que la mayor diferencia es que mi película es sobre el final de la infancia y sobre distintas complejidades. No siento que sea una película que se centre en la intersexualidad solamente. Se niega a tratar de reducirla como una explicación médica, hormonal o ética. Trata de mantenerla en un espacio más amplio. Son dos películas que dialogan. Las dos tienen la bella instancia de no cerrarse sobre el tema, no juzgar ni dar por cerrado el tema.

Elegiste contar la historia desde el punto de vista de una niña. ¿Cómo concebís la infancia a partir de esta singular mirada, tan permeable a la curiosidad y a la tolerancia tantas veces ajena al mundo adulto?
Creo que esa curiosidad es una especie de gran capital de la infancia. Ese desprejuicio... Muy pronto después, hacia la pubertad, aparece como esa necesidad de formar una norma, que luego en la adolescencia se vuelve a romper. Hacer la película fue ponerme muy en contacto con cosas de la infancia muy mías que tenía olvidadas. También me puse en contacto con los chicos, ya desde el casting. Uno se va acordando de pequeñas cositas que son como joyitas. El tema de la habitación, esbozado a comienzo de la película. En un momento entrevistamos a tres hermanas, y la menor decía estar contenta porque ahora tenía una habitación propia. Cuando entrevistamos a las otras dos nos enteramos que seguía durmiendo en la habitación de ellas, porque no se bancaba dormir sola todavía. Lo bueno de estar en contacto con chicos es que te recuerdan un montón de cosas.

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Monday, November 9, 2009

La voz de la ambigüedad

ELIZABETH VÁSQUEZ
Columnista

En las mejores óperas, los contratenores rivalizan con sus compañeras contraltos, y se disputan las mismas partituras. Capaces de alcanzar agudos “femeninos” con simultánea textura “masculina”, sus voces se sitúan en el peculiar registro fonético en el que los sexos se (con)funden. Excepcionalmente, en un mundo en que a los cuerpos de macho se les viste con el ropaje de “hombre” y se les enseña a hablar el lenguaje rígido de la masculinidad, los contratenores exploran la experiencia de la ambigüedad sexual, performática y musical, aunque sólo sea por el tiempo que dura un libreto.

Al salir de la ópera, regresan al mundo binario de los sexos diferenciados: cuerpos y voces que actúan y suenan de un modo u otro según su pertenencia, supuestamente inequívoca, a uno de dos sexos-géneros. A la cuenta, un libreto más. Pero la ópera es uno entre pocos escenarios occidentales clásicos en que la ambigüedad sexual no sólo no es castigada, sino que, incluso, ocupa el rango cultural de “la rara belleza”. Sin embargo, hay un hecho que es poco conocido: muchos contratenores son intersex.

Específicamente, son XXY: una realidad genética que se expresa en un canon corporal adulto con ciertos rasgos masculinos, como pene y estatura de varón; otros femeninos, como caderas, senos y rostro imberbe; y otros sui generis, como un ritmo de envejecimiento (envidiablemente) más lento que el “normal”. A este conjunto de características, la medicina lo denomina “síndrome de Klinefelter”. Y a la “X” que “sobra” -y que causa el “síndrome”- se la denomina “aberración cromosómica”.

Lo curioso es que la llamada “aberración” es precisamente la que dota a l@s intersex de su prodigiosa voz.El orden social norma una correspondencia perfecta entre el sexo, el género y el deseo: macho-hombre-masculino-heterosexual se atrae y se aparea con hembra-mujer-femenina-heterosexual. El hetero-patriarcado se asienta sobre la base material de unos cuerpos supuestamente estáticos, nítidamente definidos, sobre los que se instalan las prácticas del control sexual como “naturales” y “normales”.

Entonces llegan estos cuerpos disidentes, no alineados, y anticipan aún otras posibilidades “trans” en el género y en el deseo. Su ambigüedad desestabiliza el orden binario, y, por lo tanto, es preciso patologizarla, para luego corregirla a punta de bisturí y hormona. A muchos XXY se les administra testosterona en la adolescencia a fin de evitar el desarrollo de características sexuales femeninas y acentuar las masculinas.

En el proceso, se provoca el agravamiento de la voz; sí, esa voz del principio de esta historia. Finalmente, más vale “normal” que “fenomenal”, por mucho que pierda la ópera. Sin embargo, son demasiadas las existencias que quedan en el incómodo (no) lugar de la ambigüedad sexual. Tarde o temprano, su potencial emancipatorio encuentra otra voz –esta vez política- que articula su rechazo a la normalización y afirma la existencia diversa y la travesía infinita de la identidad como opciones éticas de la experiencia humana. En la voz de la ambigüedad, hay una rara belleza.

Sunday, November 8, 2009

DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD INTERSEXUAL

La Organización Internacional Intersexuales (www.intersexualite.org) a través de su presidente, Señor Curtis Hinkle (curtis.hinkle@gmail.com) y el portavoz para el Área Castellanoparlante, Lic. Jorge Horacio Raíces Montero (infopsicologia@ciudad.com.ar) invitan a conmemorar el 08 de noviembre, DIA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD INTERSEXUAL, en concordancia y homenaje con el nacimiento de Herculine Barbin (http://es.wikipedia.org/wiki/Herculine_Barbin)


Las Organizaciones de Derechos Humanos, Asociaciones Feministas, ONG, estudiantes, especialistas en Género, todas y todos los/las que se interesan por los Derechos Humanos y Derechos Civiles para Intersexuales son cordialmente invitados/as a conmemorar el DIA DE SOLIDARIDAD INTERSEXUAL.


Les invitamos a organizar talleres, conferencias, discusiones y otras actividades sobre:

a) Vida de Herculine Barbin.

b) Mutilación Genital Intersexuales.

c) Violencia del sistema binario de sexo y género.

d) Sexismo inherente de la construcción binario de sexo y género.


Para expresar su solidaridad con la comunidad Intersexual, favor de firmar nuestra petición:

http://www.gopetition.com/online/9941.html


Quedamos sumamente agradecidos por su amable atención,


www.intersexualite.org

http://mx.groups.yahoo.com/group/Intersexuales/

http://oii-argentina.blogspot.com/

http://ar.groups.yahoo.com/group/OII-CHA-ARGENTINA/


OII Argentina representante del mundo castellano parlante cuenta con la adhesión y el apoyo del Departamento Cadémico de Investigación y Docencia de la Comunidad Homosexual Argentina.


Miembros de OII - ARGENTINA

Portavoz Castellanoparlante:

Lic.Jorge Horacio Raíces Montero

Secretariado Ejecutivo:

Ps.Cristina Adrover

Ps.Diana Fainstein