El caso de la atleta surafricana Caster Semenya devuelve a la actualidad la existencia de un sexo intermedio, el de los hermafroditas.
Miriam Mendoza y Elena Martín
04/09/09
Son muchos los que se han preguntado si Caster Semenya , campeona mundial de 800 metros, es hombre o mujer. Esta duda, en una sociedad en la que la existencia de gays y lesbianas comienza a normalizarse, ha puesto de actualidad la existencia de un tercer sexo poco conocido y denominado hermafroditismo o intersexualidad. Se trata de una anomalía genética del embrión de la madre que da lugar a híbridos entre hombre o mujer. Son, simplemente, variaciones del cuerpo humano. Parece raro, pero un 1,7% de la población mundial padece esta alteración en la que las mujeres, que tienen dos cromosomas XX en el par 23, desarrollan caracteres masculinos al poseer más hormonas androgénicas, esto es, las masculinizantes, como la testosterona. Pero también pueden darse los casos de que hombres -con cromosomas XY-, nunca lleguen a desarrollar estas hormonas masculinas, de la misma manera que existen personas con órganos sexuales femeninos y masculinos.
Estas características se pueden manifestar desde el nacimiento aunque, a veces, no se perciben hasta la pubertad. En cualquier caso, según el doctor Jorge Horacio Raíces , psicólogo clínico y miembro consultor de la Organización Internacional de Intersexuales, es esencial que sean ellos mismos los que decidan qué tratamientos de normalización emplearán en sus cuerpos -si es que los quieren-. “Estas cirugías, al igual que los tratamientos hormonales, se asemejan a la mutilación genital. Por lo tanto, lo que desean las personas hermafroditas es que cada cual tenga el derecho de definirse sin categorías que sean impuestas médica o legalmente, porque no ven ninguna manera de determinar con límites claros y fijos su propio sexo”, señala el doctor Raíces. Es decir, que debe depender de cada uno la decisión de operarse o no, así como la posibilidad, igual de aceptable, de tratar la intersexualidad como una forma existencial más, sin necesidad de tratarla o curarla.
De hecho, muchos son los especialistas que consideran que la opción sexual de estas personas está más relacionada con la percepción psicológica que con los atributos físicos. Dentro del hermafroditismo existen varios grados, siendo los más habituales el masculino (cuerpo de hombre con testículos y órganos sexuales femeninos), el femenino (cuerpo de mujer con ovarios y órganos sexuales masculinos) y el total (con pene y clítoris atrofiados).
Son muchos los que se han preguntado si Caster Semenya , campeona mundial de 800 metros, es hombre o mujer. Esta duda, en una sociedad en la que la existencia de gays y lesbianas comienza a normalizarse, ha puesto de actualidad la existencia de un tercer sexo poco conocido y denominado hermafroditismo o intersexualidad. Se trata de una anomalía genética del embrión de la madre que da lugar a híbridos entre hombre o mujer. Son, simplemente, variaciones del cuerpo humano. Parece raro, pero un 1,7% de la población mundial padece esta alteración en la que las mujeres, que tienen dos cromosomas XX en el par 23, desarrollan caracteres masculinos al poseer más hormonas androgénicas, esto es, las masculinizantes, como la testosterona. Pero también pueden darse los casos de que hombres -con cromosomas XY-, nunca lleguen a desarrollar estas hormonas masculinas, de la misma manera que existen personas con órganos sexuales femeninos y masculinos.
Estas características se pueden manifestar desde el nacimiento aunque, a veces, no se perciben hasta la pubertad. En cualquier caso, según el doctor Jorge Horacio Raíces , psicólogo clínico y miembro consultor de la Organización Internacional de Intersexuales, es esencial que sean ellos mismos los que decidan qué tratamientos de normalización emplearán en sus cuerpos -si es que los quieren-. “Estas cirugías, al igual que los tratamientos hormonales, se asemejan a la mutilación genital. Por lo tanto, lo que desean las personas hermafroditas es que cada cual tenga el derecho de definirse sin categorías que sean impuestas médica o legalmente, porque no ven ninguna manera de determinar con límites claros y fijos su propio sexo”, señala el doctor Raíces. Es decir, que debe depender de cada uno la decisión de operarse o no, así como la posibilidad, igual de aceptable, de tratar la intersexualidad como una forma existencial más, sin necesidad de tratarla o curarla.
De hecho, muchos son los especialistas que consideran que la opción sexual de estas personas está más relacionada con la percepción psicológica que con los atributos físicos. Dentro del hermafroditismo existen varios grados, siendo los más habituales el masculino (cuerpo de hombre con testículos y órganos sexuales femeninos), el femenino (cuerpo de mujer con ovarios y órganos sexuales masculinos) y el total (con pene y clítoris atrofiados).
debe de ser muy dificil para una mujer ser hermafrodita!!! Es muy extraño que esto ocurra!!! La mejor solucion para llevar esto con mas tranquilidad la tiene generic viagra Buy Viagra
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