Sunday, May 30, 2010

La mujer de la cárcel soy yo

“La mujer de la cárcel soy yo”

DOMINGO, 30 DE MAYO DE 2010 00:00 ELIZABETH REYES LE PALISCOT

En la larga lista de presos que tiene la cárcel Modelo de Bucaramanga aparece Gina Juliana Castañeda Calderón, una mujer, como consta en su cédula de ciudadanía, que logró ser trasladada a este establecimiento penitenciario por su condición de hermafrodita. Duerme en el pabellón de los homosexuales y trabaja porque se respeten los derechos de esta comunidad, en un espacio dominado por hombres.

Gina es una mujer. No es un transformista, no es una travesti, tampoco es homosexual. Sin embargo, está recluida en la cárcel Modelo de Bucaramanga, junto a más de 2 mil hombres por una razón muy especial y única en la historia de este penal. Gina Juliana Castañeda Calderón es hermafrodita, lo que quiere decir que nació con aparato sexual masculino y también con el femenino.

Tiene 37 años. Lleva 28 meses presa y en cuatro, espera que le otorguen la libertad condicional. Su voz no es impostada, es tan aguda como la de cualquier mujer, su cuerpo tiene las curvas que caracterizan al género femenino y no tiene ningún rasgo que la pueda calificar como amanerada, algo con lo que comúnmente se discrimina a algunos integrantes de la comunicad Lgbt.

Sin embargo, a pesar de ser desde los 12 años calificada como una mujer por los propios médicos debido a sus rasgos físicos femeninos, que primaron sobre los masculinos, hoy paga una pena de 5 años y cuatro meses en una cárcel de hombres.

Fue su elección. Primero estuvo en la Cárcel de Mujeres de Chimitá, donde duró una semana, aislada, precisamente porque las directivas querían evitar que algunas internas la acosaran por su condición de hermafrodita, y en este caso, por su órgano sexual masculino. “Las internas me agredieron verbalmente porque consideraban un privilegio el hecho de que me tuvieran aislada. Gritaban: si es mujer que esté con nosotras, si es un hombre, que esté con nosotras”. Pero ella, que se siente igual que las mujeres, aclara que su gusto es solamente por los hombres.

Pronto, su abogado le contó que en la cárcel Modelo de Bucaramanga había un pabellón especial para homosexuales, transformistas y travestis, donde podían recibirla por su doble condición. ¿Sería capaz de convivir con ellos? Era estar presa con las mujeres o estar presa con los hombres. Prefirió lo segundo.

“Ellos (las directivas) tampoco querían recibirme, veían a una mujer y sabían que iba a ser un problema convivir con ellos, pero fíjese que no. Yo pensaba que las mujeres eran más tranquilas, pero los hombres, en la cárcel, han resultado más respetuosos, sí me dicen cosas, pero no me tocan. Me he ganado su respeto de otra manera”, dice.

Gina señala su cuerpo y agrega: “eso que usted ve es lo que Dios me dio. Eso es lo que soy. Para muchos esta condición es mentira, por eso creo que para la cárcel es más fácil hablar de que soy un travesti más”.

Crecer y decidir


Gina nació en Barranquilla y aunque desde el primer momento se supo que su condición era intersexual, sus padres la registraron como un niño. Sin embargo, a los doce años su cuerpo empezó a cambiar y sus rasgos fueron más femeninos que masculinos, así que cuando llegó a la mayoría de edad, no dudó en registrarse como Gina Juliana. Sus padres solicitaron al médico que expidiera un documento para certificar su condición intersexual y en la Registraduría le dieron la posibilidad para que se identificara como realmente se sentía.

En esos años su familia se trasladó a Bucaramanga. Ella, la única hija, terminó su bachillerato, aprendió a bailar, hizo parte de grupos de danza folclórica, se convirtió en instructora, también estudió música, creó grupos donde fue vocalista y entró a la universidad a estudiar derecho. También se enamoró y lloró por amor.

Cuando sus padres murieron, en 1997, quedó sola con unos cuantos bienes, llevando una vida que califica de desordenada. “Había decidido tener amigos y vivir el momento, pero mis bienes representaban estabilidad para los hombres, que querían que los mantuviera como una forma de pago por no ser una mujer común y corriente”.

Sentía que al fin y al cabo los hombres le estaban cobrando su condición intersexual. Y justo cuando le faltaba un semestre para graduarse como abogada, conoció a un joven al que atropelló con su moto, un día que salía de clases.

Era robusto y alto. Luego la buscó y la volvió a buscar. “A mi se me hizo fácil hablar con él. Me dijo que tenía 17 años, yo sabía que no debía meterme con un menor de edad, sabía que era un delito, pero me dejé llevar”. Empezaron una relación afectiva, pero en un buen día, según su versión, otro hombre la llevó a su casa y el joven, lleno de celos, la denunció ante la Policía por acceso carnal violento. Fue a finales de enero de 2008. Un medio local tituló el hecho así: El o ella, viola a un menor.

Gina lo negó. Según la versión del menor, él llegó a pedir agua a la casa de Gina con otros amigos y lo obligó a subir a su habitación donde lo abusó. Pero lo peor estaba por venir. En la audiencia de legalización de captura, Gina se enteró, según cuenta, que el joven no tenía 17 años, sino que era menor de 14. “Para los que no me conocen no es fácil de entender, pero en derecho se maneja el término “error enorme” que significa no poder identificar la edad física de la persona. Eso fue lo que me pasó”, dice Gina.

La condenaron a 5 años y 4 meses de prisión el 28 de julio de 2008, pero no por acceso carnal, asunto que se desvirtuó, sino por abuso a mejor de 14 años.

Vivir en la cárcel

Gina no recibe visitas íntimas, pero sí entrevistas en un lugar ubicado a la entrada de la cárcel. Cuando llegó sólo había cuatro personas en el pabellón de la comunidad Lgbt, un lugar minúsculo, del que prefiere no hablar.

“Ellos ya tenían el recorte del periódico con la noticia de mi captura. Les expliqué mi condición y decidimos que sería como una travesti más. Me aceptaron. Pero no ha sido fácil”.

El primer mes, por seguridad, no podía salir de su pabellón y cuando lo hacía era escoltada por cuatro guardianes. “Los hombres me miraban, me echaban piropos, también decían otras cosas, ellos ya habían convivido con personas Lgbt, pero yo sí que era una novedad”.

Y es que Gina, además de su condición, posee varias cualidades que la han convertido en todo un personaje en la Modelo y que también han servido para que las directivas tengan más en cuenta a la población Lgbt.

Gina habla muy bien el inglés, por eso, buscando redimir pena y como una estrategia para ganarse el respeto entre los internos, pidió que le permitieran ser profesora en el instituto educativo de la cárcel, San Juan Bosco. “Tenía que hacerme respetar y no ha sido tan difícil. Aquí se convive con toda clase de personas, pero me han respetado, tal vez porque me veo un poco frágil ellos no se meten conmigo de mala manera. Yo soy la mujercita de la cárcel y así me tratan”.

Gina no niega que ha vivido situaciones complicadas. “Algunos no manejan los impulsos, hasta para mí es difícil manejarlos porque me gustan los hombres. Y no es fácil no fijarme en algún hombre”, dice.

Pero ese es otro asunto. Hasta hace dos meses portó con orgullo una bata azul que la identificaba como profesora y también se dio a conocer por su voz y su forma de bailar. Ha participado en numerosas actividades artísticas y es líder del grupo de tambora de la cárcel. Ahora es la representante de su comunidad ante el comité de Derechos Humanos y eso la enorgullece. “Hemos pasado varias solicitudes a la dirección del establecimiento para hacer arreglos locativos en nuestro pabellón. Ya cambiaron el lavadero, tenemos un baño enchapado, pero vivimos en un lugar bastante frío y húmedo, por eso es necesario que cambien el techo”, dice.

Gina afirma que su comunidad se siente vulnerada en cosas tan pequeñas como la prohibición al ingreso de objetos personales como ropa femenina y maquillaje. “Son esas cosas las que nos permiten seguir ejerciendo nuestra condición sexual e también nuestra identidad”.

El dilema del tercer sexo

El dilema del tercer sexo

30/05/10 “En el cuerpo equivocado” Un documental sobre las personas que no encajan en el sistema binario de hombre o mujer.

Por ADRIANA SCHETTINI

Existirá el tercer sexo? Ayer nomás, esa pregunta parecía delirante. En la actualidad, la ciencia toma en serio la cuestión y empieza a sospechar que la respuesta es mucho menos convencional de lo esperado. En esa temática profundiza En el cuerpo equivocado , un documental que se estrena hoy, a las 22, por Nat Geo.


En Nueva York, el psicólogo Tiger Howard Devore, terapeuta sexual, señala dos realidades: la de hombres y mujeres que sienten haber nacido en el cuerpo equivocado (“sus cerebros dominan su anatomía”, afirma) y la de los “intersexuales”, quienes nacen con órganos genitales tanto femeninos como masculinos.


Según el film, hay intersexuales que desconocen su condición de tales porque poco después de su nacimiento, sus padres y los médicos definen el sexo del bebé utilizando una regla para medir sus genitales y determinar si lo transformarán en niño o niña. En la adultez, el género desechado quirúrgicamente, a veces, se hace oír.


“Creo que la estructura social está construida sobre un modelo binario masculino/femenino. Y la verdad biológica es que hay una amplia gama de identidades sexuales entre masculino y femenino. Pero la mayoría de las personas quiere hacer lo que pueda para eliminar esa verdad”, opina Devor, quien conoce la ambigüedad en su propio pellejo.


Un caso asombroso es el de Rudy Alaniz, un soldado que combatió en la Guerra del Golfo. Luego, se radicó en Berlín. Allí, sufrió una lesión en la espalda, le hicieron una resonancia magnética y al cabo del estudio, el técnico le preguntó: ¿Te dijeron que sos intersexual? El estudio revelaba la existencia de ovarios y un pequeño útero subdesarrollado. “Sentí que no era hombre ni mujer; que ni siquiera era humano. Me sentí como un fenómeno de la naturaleza”, confiesa Rudy.


Con historias de vida y testimonios de científicos, En el cuerpo equivocadoanaliza una variante de género que afecta a mucha gente: “la frecuencia de nacimientos intersexuales es de uno en 250; hay tantos intersexuales como pelirrojos”.


Fuente

Saturday, May 15, 2010

Auspiciosa mejoría del niño que nació intersexual


Tiene 2 años y no coincidía su sexo genital con el cromosómico y psicológico. La intervención quirúrgica duró cinco horas y los médicos no percibieron dinero por su trabajo

Un bebé que nació intersexual fue intervenido quirúrgicamente el miércoles en la Clínica de Especialidades de Villa María, por un equipo de cuatro cirujanos y dos anestesiólogos y se convirtió en el segundo caso en la ciudad.
El pequeño tiene 2 años y cinco meses y fue inscripto civilmente como nena, teniendo una anomalía en los genitales.
El médico Pablo Lucarelli indicó ayer a la prensa que "el sexo se asigna de tres formas": una es el genético (cromosoma 46xx en el caso de la mujer, y cromosoma 46xy en el caso masculino), otra es el genital (pene y escroto en el varón) y otra el psicológico o social, que establece el patrón psicológico del niño (cómo se comporta).
En este caso, se interpretó que era una niña y se le asignó tal sexo civilmente, pero luego se "identificó que los genitales tenían cierta rareza", explicó el facultativo.
El pequeño tiene dos testículos dentro de la cavidad abdominal y genitales femeneizados, es decir, es "un varón con genitales parecidos al de niña" y se descartó déficit hormonal.
Ahora, con la cirugía genitoplastia masculinizante, se produjo una reconstrucción y dieron forma de genitales de varón.
La operación tendrá una segunda etapa, a desarrollarse dentro de entre tres y seis meses y que abarca el descenso testicular.
El chiquito sería dado hoy de alta.

Un hecho que se presta al debate

El hecho fue revelado de manera exclusiva por EL DIARIO en su portada de ayer, y concitó la atención de la opinión pública, lo que se vio reflejado en la extensa conferencia que debió brindar Lucarelli junto a Guillermo Abramián, en la Clínica de Especialidades.
"Orinaba como una nena y tiene personalidad masculina", detalló Lucarelli ante las preguntas.
El profesional advirtió que la reasignación del sexo no se decide de un día para el otro y que se impone analizar el comportamiento social, qué piensan los padres y lo que esperan.
Un equipo multidisciplinario participó de la trascendente circunstancia.
"Se aconseja reconstruir antes del año, pero hay que ver qué tipo de estado intersexual tiene, si tiene genitales de los dos sexos al mismo tiempo, etcétera", apuntó.
Luego, subrayó que "genéticamente estamos asignados a ser mujer, el cromosoma y es el que designa la masculinidad y es más compleja la genitalidad del hombre, actuando diversas sustancias que dan el cromosoma y".
De acuerdo a lo explicado, uno de cada diez mil nacidos vivo es intersexual, pero este tipo de casos se da en uno de cada veinte mil y depende de razas, etnias y países.
El cuadro siempre se presta a debate y "hasta hoy se cuestiona y se plantea por qué no decide la misma persona", pero -advirtió Lucarelli- "el tema es cómo criarlo, cómo se llama, cómo se viste y participa de la vida social".
"Una vez que uno estudia y se ve cómo se desarrolla y comporta la persona se determina un sexo, que es lo ideal porque tiene que tener un nombre y apellido", señaló.
Luego, recordó que hay casos en que la persona a la que se le reasignó el sexo decidió regresar a su estado original.
"Es un tema de mesa de debate, hay que pensarlo bien. En el particular, vino estudiado desde Córdoba, donde prácticamente se le indicó la cirugía, sólo que por cuestiones reglamentarias no se le hacía", describió.
La intervención fue practicada luego de la autorización que otorgó la jueza de Menores de Villa María, Cecilia Fernández. Ahora, al masculinizar al pequeño haciendo coincidir el sexo genital con el cromosómico y social, se le efectuará el cambio del DNI, el documento nacional de identidad.

Segundo caso

Este es el segundo caso en la ciudad, revelaron ayer los profesionales. El año pasado se había intervenido a un bebé de un año, el que ha evolucionado muy bien.
Si bien se aclaró que la operación no presenta riesgo de vida, técnicamente "tiene su complejidad" y pueden existir complicaciones.
Lucarelli señaló que es traumático para los padres.
El profesional recibió el caso tras ser contactado por el doctor Carlos Gagliano y agradeció la predisposición de la clínica, ante el cuadro que se vivencia en el Hospital Regional Pasteur, por los quirófanos sin funcionar.
"El hospital aportó el material descartable y Abramián prestó todas las instalaciones", para llevar a cabo la operación.
La familia del paciente no presenta cobertura social y la operación no tuvo costo. Se recalcó que los médicos no cobraron por la misma.
Una intervención de esta naturaleza cuesta no menos de 7 mil dólares.
El impacto psicológico del niño "se verá con el tiempo", aunque Lucarelli remarcó que "en los casos propios y de colegas he visto una evolución buena".
El niño tendrá erecciones y orinará como varón, claramente, cuando en la actualidad lo hacía como nena. Puede llegar a ser infértil por una patología de testículos.

Causas

Hay muchas teorías sobre la intersexualidad, advirtió Lucarelli. Una tiene que ver con el estado de impregnación androgénica en el cerebro. "Si el déficit hormonal es pobre, hay muchas más posibilidades de sexo psicológico femenino".
También explicó que generalmente el brote urogenital no se desarrolló correctamente, algo que se da entre la tercera y octava semana de gestación.
Esas son las semanas claves.
Además, puede ser hereditario.
El cuadro es muy difícil de ser advertido por ecografías durante el embarazo.



Friday, May 14, 2010

La IAAF anunciará su decisión sobre Semenya a fines de junio



Fuente: dpa | 14/05/2010

Doha, (dpa) - El "caso Semenya" tendrá una resolución antes de fines de junio, aseguró hoy el presidente de la IAAF, Lamine Diack.


"No va a llevar más tiempo que finales de junio", dijo Diack en Doha, donde hoy comienza la Diamond Liga del atletismo.


La sudafricana Caster Semenya no compite desde que ganara en agosto en Berlín el oro en los 800 metros de los Mundiales de atletismo. Tras su victoria se reveló que había sido sometida a un test de género sexual.


Semenya, de 19 años, fue sometida a un tratamiento de hormonas, y se cree que el suyo es un caso de "intersexualidad". Se espera que regrese a las competencias en algún momento de este año.

Fuente