La Audiencia de Colonia (oeste de Alemania) condenó hoy a un cirujano a pagar una indemnización de 100.000 euros a una intersexual, a la que operó y convirtió en hombre hace más de treinta años.
La cámara ratificó así la sentencia dictada un año atrás, según la cual el médico había violado los derechos de la demandante puesto que no le informó de las consecuencias de la operación, pero no establecía el monto de la indemnización a pagar por el médico.
Los hechos se remontan a 1977 cuando a la querellante, entonces de 18 años y nacida sin un sexo definido, se le extirparon los órganos sexuales femeninos internos.
La afectada, Christiane V., sostiene que se siente mujer, pese a la operación y a que en su adolescencia fue tratada como un muchacho por los suyos.
De acuerdo con la sentencia de la cámara, incluso con las técnicas cirujanas de entonces habría sido posible llevar a cabo otro tipo de intervención, combinada con medicamentos, que le hubiera posibilitado tener una existencia como mujer.
Se trata del tercer proceso relativo a este caso y también la tercera derrota para el cirujano.
La querellante, ahora de 50 años, adujo en los tres procesos que a consecuencia de la operación ha sufrido tanto transtornos físicos como psíquicos, ya que se le privó de la posibilidad de llevar una vida como mujer.
La intersexual fue tratada en toda su adolescencia como un muchacho, bajo el nombre de Thomas. La confusión arrancó del nacimiento, ya que se la identificó como chico debido que tenía un clítoris extraordinariamente grande que se tomó por un pene.
Ella afirma que desde su niñez se siente siempre como una niña, pese a ser educada como un varón.
Primero intentaron forzar su definición sexual como hombre a base de cócteles de hormonas -lo que según su relato transtornó su salud y le provocó graves dolores-.
Al fracasar estos intentos, al llegar a los 18 años, el cirujano le extirpó el útero y las trompas de falopio, a lo que siguieron otras intervenciones para convertir su clítoris en un pene normal, lo que nunca llegó a conseguirse.
El tribunal consideró en su sentencia que, hasta esa primera operación, se partía efectivamente de que se trataba de un hombre.
En el momento en que el cirujano intervino y halló los órganos sexuales internos femeninos, no masculinos, debería haber interrumpido de inmediato la operación.
Se estima que en Alemania hay unos 120.000 personas con casos de indefinición sexual.
Se trata de situaciones complejas de definir, puesto que hay gran multiplicidad de variaciones, desde personas con cromosomas claramente femeninos, pero con atributos masculinos, a justamente lo contrario, más situaciones como la de la demandante, en que un clítoris extremadamente grandes se llega a confundir con un pene.
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