Monday, December 28, 2009

Presentarán propuestas para el tema intersex

Tomada de la edición impresa del 22 de diciembre del 2009

El Proyecto Transgénero busca acuerdos con autoridades sobre salud y acceso a la información.

ANTECEDENTES

La Constitución del Ecuador, aprobada en el 2008, garantiza la protección a todos los ecuatorianos y en su artículo 11, inciso 2, establece la no discriminación por cuestiones de sexo, identidad de género, orientación sexual y por cualquier otra distinción personal o colectiva, temporal o permanente.

En este cuerpo legal no se incluyó el tema de la no discriminación por canon corporal, que protegería a las personas intersexuales.



Activistas de Ecuador relacionados a las diversidades sexuales piensan empezar el próximo año con la propuesta a las autoridades de tratar y visibilizar temas puntuales en salud y educación.

En ese marco, el Proyecto Transgénero pretende presentar en la Asamblea propuestas sobre la inclusión en las leyes del tema de la no discriminación por canon corporal, la inclusión de este tema en el pénsum de estudio de educación sexual de los colegios y el acceso a la información y servicios de salud para estas personas, que por su condición desarrollan enfermedades que no son prevenidas por falta de información.

El movimiento se centrará, sobre todo, en incentivar la discusión de dichos temas a favor de las personas intersexuales. Aquellas a las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como poseedores de una “condición genética u hormonal-enzimática”. Es decir, “que al nacer presentan de forma simultánea características sexuales masculinas y femeninas”.

En América Latina existen dos activistas intersexuales conocidos, Mauro Cabral, un argentino, y Jorge Santana, el primer activista ecuatoriano.

Jorge decidió empezar a trabajar como activista una vez que conoció todo lo relacionado con el tema intersex, ya que ni él ni su familia tuvieron información al respecto. Todo solo se fue dando durante su crecimiento.

“En la adolescencia empecé a sentir cambios en cuanto a mi corporalidad y recién allí se dieron cuenta de mi condición. Aunque me lo explicaron escuetamente, que ni yo ni mis padres entendimos qué era lo que estaba sucediendo”, recuerda.
Para él, la falta de información es uno de los principales problemas por los que tienen que atravesar las personas intersex, y que al decir de Jorge muchas veces ni siquiera los doctores comprenden lo que sucede en los cuerpos de las personas que nacen así.

El acceso a la información es uno de los primeros puntos en los que este grupo pretende trabajar. Elizabeth Vásquez, activista del Proyecto Transgénero, explica que se va a interponer una acción legal para que se revelen las prácticas médicas y quirúrgicas a las que se somete a los infantes intersex para “normalizarlos”.

La activista señala que no existen datos ciertos sobre el número de personas intersex que nacen, ni las intervenciones que les realizan, por lo que considera que debería existir una norma que impida a los galenos y a los padres de familia decidir en nombre de la otra persona.

Además, pide que se hagan “estadísticas y se regulen las decisiones que se toman en los cuerpos de los niños”.

Para lograr esto, el Proyecto Transgénero ha iniciado acercamientos con el Ministerio de Salud (MSP) para que se realicen capacitaciones a los miembros del sistema de salud.

Susana Tamayo, jefa del componente de prevención del Programa de VIH-Sida del MSP, explica que este año se ha comenzado una serie de capacitaciones en las áreas de atención integral en salud sexual y reproductiva en las provincias de Pichincha, Guayas, Orellana, Manabí y El Oro, con respecto al tema intersex.

La funcionaria dice que si bien muy pocos niños nacen con estas características, ya el tema de la intersexualidad se lo topa para conocimiento de los galenos.

Germán Cisneros, ginecólogo-obstetra del Hospital Eugenio Espejo, coincide con Tamayo y dice que el promedio de personas intersex que vienen al mundo es de uno cada dos o tres años.

Para Cisneros, aunque esto es un problema de salud, reconoce que son los padres quienes deciden operarlos para evitar problemas futuros.

Sin embargo, dice que esa realidad se da poco porque el promedio de personas que nacen con ambigüedad genital es de un nacido cada dos o tres años.

Aun así, para Vásquez la norma es necesaria, ya que también existen otros tipos de intersexualidad en donde los infantes tienen órganos masculinos o femeninos intra-abdominales y eso no se detecta hasta la adolescencia, “es allí que proponen hormonizar a estas personas para convertirlos en hombres o mujeres y que entren en la concepción binaria de personas”.

Según datos de la OMS, con dicha condición nacen uno de cada 2.000 personas en el mundo. Aun con esa estadística, Vásquez asegura que debe existir un registro propio que debe conocerse dentro del sistema de salud.

Por otro lado, Jorge señala que la educación en este tema es fundamental para que las personas que lo padecen no vivan ocultas y para que en general la ciudadanía conozcan sobre esta realidad que es poco tratada.

Jorge afirma que el proceso de visibilización de los intersex ha comenzado con un foro de carácter social y no médico, que se dictó a inicios de noviembre en la Universidad Andina de Quito, y que va a continuar de manera sostenida.

Todo seguirá “hasta que se den cuenta de que existimos”, menciona el activista. Y añade que una vez que lo logren empezarán a exigir otras medidas a su favor.

Por ahora solo está Jorge como activista, pero el proyecto busca que con las jornadas de información aparezcan más personas que reconozcan y acepten su condición y se hagan visibles.
Lucía Real Hidalgo
lreal@telegrafo.com.ec
Reportera - Quito

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